TEOCELO Y EL TREN “EL PIOJITO” 1 DE MAYO DE 1898, HACE 122 AÑOS

CULTURA

Por: José Carlos May González
Cronista Municipal
Durante casi medio siglo, (finales del XIX y principios del XX), Teocelo estuvo significado como un lugar próspero, donde el progreso y “la paz porfiriana” sellaban una etapa importante en la historia de nuestra tierra.
En el último cuarto del siglo XIX y hasta mediados del siglo XX, Teocelo se distinguía por ser gran productor de café que competía en el mercado internacional por su calidad, así como también era productor de caña de azúcar, plátano y naranja.
A finales del siglo XIX el norteamericano Louis Lavoisier Lamar, al pasar por la cascada de Texolo, quedó gratamente impresionado al observar la fuerza y belleza del torrente de agua, y de manera visionaria, al regresar a los Estados Unidos, pudo encontrar a empresarios interesados en invertir en la instalación de una planta generadora de energía eléctrica y un ferrocarril aprovechando el río Texolo. Por otra parte, el gobierno de México encabezado por don Porfirio Díaz Mori, tenía como uno de sus principales ejes de acción, extender la red ferroviaria en el país con la finalidad de acelerar el crecimiento económico.
El folleto de la comisión Federal de Electricidad, División Oriente, publicado en el año de 1972, asienta que al regresar el señor Lavoisier Lamar a los Estados Unidos logró interesar a inversionistas en el proyecto de construir una planta hidroeléctrica y un ferrocarril que recorriera la región de Xalapa, Coatepec, Xico y Teocelo con la probabilidad de continuar hacia Huatusco y Córdoba.
El 3 de agosto de 1895 el gobierno de México a través de Manuel González ministro de Comunicaciones y obras Públicas, firmaba convenio con la Casa John B. Frisbie de New York, la construcción de un ferrocarril eléctrico entre Xalapa y Córdoba, pasando por Coatepec, Teocelo y Huatusco, incluyendo la construcción de una planta hidroeléctrica, sin embargo al realizar estudios de costos, los empresarios decidieron que dicho ferrocarril sería movido por máquinas de vapor con calentamiento de leña.
Al trazar el recorrido por donde pasaría el tren, la mayoría de los afectados en sus terrenos se sumaron al proyecto obsequiando las partes correspondientes y solamente unos pocos cobraron a razón de treinta centavos por metro cuadrado el terreno que tenían sembrado, diez pesos por el terreno baldío y un peso por mata de café que tuviera que ser arrancada.
La doctora Soledad García Morales, señala en su investigación sobre el ferrocarril Jalapa – Teocelo, que el 14 de febrero de 1898 John B. Frisbie y compañía traspasó la concesión sobre la construcción del ferrocarril y la planta hidroeléctrica, así como los derechos y obligaciones a la “Jalapa Railroad and Power Company” y el 22 de julio de 1898 el gobierno federal determinó tener como punto de término del ferrocarril a la población de Teocelo y no Córdoba como inicialmente se pretendía.
El 1 de mayo de 1898, fue un día de gran relevancia en la región, y sobre todo en Teocelo. El entonces presidente de la República, General Porfirio Díaz, en un ambiente de fiesta llega a inaugurar la planta hidroeléctrica de Texolo (que ya funcionaba desde un año antes) y visita a Teocelo para la inauguración del ferrocarril.
Los habitantes de Teocelo, los niños y las niñas de las escuelas con sus maestros se dieron cita junto con el alcalde Juan José Rebolledo en la estación, para recibir a tan ilustre visitante. La plaza principal de la población, lucía esmeradamente adornada, la banda de música dirigida por el maestro Fabián Anell Viccon, tocaba lo mejor de su repertorio.
Porfirio Díaz venía acompañando por el gobernador del estado, Teodoro A. Dehesa, así como por el general Ramón Mena ministro de guerra, y por Alejo Galván jefe político del Cantón de Coatepec.
El ingenio popular, hizo que pronto a este ferrocarril se le conociera como “El Piojito” mismo que recorría aproximadamente treinta kilómetros, saliendo de la estación de Xalapa, pasando por La laguna, La Orduña, Coatepec, Zimpizahua, Las Puentes, Xico, Santa Rosa para llegar a su destino final, Teocelo.
Teocelo, ya desde mediados del siglo XIX empezaba a tener mejoras materiales, sus hombres y mujeres en su diario acontecer se esmeraban por que la pintoresca población fuera avanzando en sus diferentes aspectos, sus productos agrícolas y la producción de ganado mayor tuvieron mayor empuje, y la llegada del “caballo de hierro” como llamó John Reginald Southworth al ferrocarril, hizo detonar una época de prosperidad a Teocelo, destacando como la segunda población de importancia, en el Cantón de Coatepec, de tal manera que a escasas semanas de la visita del entonces presidente de México Porfirio Díaz, es la próspera Villa de Teocelo, elevada al rango de Ciudad por decretos del 11 y 14 de junio de ese mismo año de 1898 con el nombre oficial de Teocelo de Díaz, mismo que llevó hasta el 15 de octubre de 1914, en que por decreto, se suprime el agregado de Díaz para ser, desde esa fecha hasta la actualidad, oficialmente: Teocelo.
Tal era el movimiento del ferrocarril “El Piojito” que pronto fueron incorporados los servicios de tranvía y autovías para pasajeros a fin de que realizaran un viaje con mayor rapidez y comodidad.
El 28 de mayo de 1926 sus dueños “Jalapa Railroard and Power” lo vendieron el ferrocarril al gobierno del estado de Veracruz y años más tarde, el propio gobierno vendió a los trabajadores la compañía ferroviaria y la planta hidroeléctrica. Los trabajadores se organizaron en la Sociedad Cooperativa Industrial de Luz, Fuerza y Transportes. Durante el tiempo que estuvieron abonado a la deuda, no tuvieron capacidad para dar mantenimiento y menos para realizar algunas mejoras por lo que al verse en aprietos para su sostenimiento, deciden venderlo en 1945 por lo que el servicio dejó de prestarse, sus vías fueron levantadas y trasladadas junto con sus máquinas al ingenio San Cristóbal al sur del estado de Veracruz.
La época del ferrocarril en Teocelo, dio realce a nuestra historia guardando en el recuerdo episodios de renombre a nuestra tierra al recibir a distinguidos visitantes que llegaron a bordo del ferrocarril, entre muchos: el propio Porfirio Díaz, el Gral. John B. Frisbie, Teodoro A. Dehesa, Mr. William K. Boone, John R. Southworth, Monseñor Joaquin Arcadio Pagaza, Pbro. Juvencio López, Pbro. José María López Luna, el poeta Rubén Darío, el torero Luis Freg, Monseñor Rafael Guízar y Valencia, el Gral. Álvaro Obregón, el Gral. Plutarco Elías Calles, El Gral. Arnulfo R. Gómez, Monseñor Manuel Pío López, entre otros.
El jueves 1 de febrero de 1945 fue un amanecer frío y gris en Teocelo, los lugareños se daban cita en la estación de ferrocarril «El Piojito», pero esta vez su mirada era triste, los comentarios eran llenos de pesar, y el ambiente era no de alegría como en otros tiempos cuando una romería se realizaba alrededor de las oficinas de la estación del ferrocarril, esta vez, no pocos pudieron detener las lágrimas, una época de bonanza, de bullicio, de romanticismo, de movimiento, de intercambio comercial, que le daba a Teocelo una prosperidad y estabilidad económica, política, cultural y social, llegaba a su fin.
Después de ese 1 de febrero de 1945 en Teocelo los tiempos ya no serían igual, el FERROCARRIL «EL PIOJITO» REALIZABA SU ÚLTIMO VIAJE DE TEOCELO A XALAPA PARA YA NUNCA MAS VOLVER. Los Teocelanos entre lágrimas acudían a despedirlo, para decirle adiós, le pusieron una corona de flores como si pareciera que en cada flor se fuera una historia, una anécdota, un bello episodio en nuestra historia.
Teocelo desde entonces ya nunca fue el mismo. Desde esta fecha podemos hablar del Teocelo de antes y después del ferrocarril que marcó, una de las páginas más hermosas de nuestra historia local.
REFERENCIAS:
Comision Federal de electricidad.- Folleto editado en 1972
García Morales Soledad.- «Jalapa Railroad and Power Company» y el ferrocarril Jalapa Teocelo.- 2012
González F. Juan José.- Revista Jarocha.- 1967
Vanda Conchita.- Memorias «Volvamos al ayer»
Vazquez Carlos L.- Revista Teocelo nO. 2.- 1985