Sin tacto –

OPINION

Sucesión UV (9)

 

El Consejo General del viernes 6

 

Por Sergio González Levet

 

El pasado viernes sesionó el Consejo Universitario General, que dicen las normas es la máxima autoridad de la Universidad Veracruzana. Está integrado por más de 300 personas: funcionarios, más los directores y un representante académico y uno estudiantil por cada instituto, centro o facultad.

La sesión del viernes 6 tuvo momentos interesantes. Primero, a propuesta del Rector se creó un nuevo organismo de investigación, cuyo nombre tiene más palabras que integrantes: el “Centro de Investigaciones Transdisciplinarias en Humanidades Ambientales, Artes y Literatura de la región Xalapa”. En realidad, es una escisión del benemérito Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias (IILL), cuyos frutos de investigación han hecho relucir a la UV desde hace casi cinco décadas, cuando el hoy instituto era apenas un centro.

Pues bien, el nuevo Centro de Investigaciones Transdisciplinarias… (¿ya se aprendió usted el nombre?) nace con cinco integrantes, sin presupuesto y sin sede. ¿A qué se debe que se haya creado algo así? A las pugnas internas en el IILL pero, sobre todo, a que el Rector tenía una deuda con la Presidenta de la Junta de Gobierno de hace cuatro años, aquélla que operó la elección de Martín, la doctora Leticia Mora, su entrañable excompañera de licenciatura, a quien ahora le ha regalado su centro de investigación.

Otro instante de interés fue cuando el doctor René Mariani Ochoa, del Instituto de Investigaciones en Contaduría, hizo ver que las finanzas de la UV registraron subejercicio en los periodos 2023 y 2024, lo que está cerca de ser un delito fiscal. Para la mayoría de consejeros el asunto apenas sí les significó un levantamiento de cejas, aunque la Secretaria de Administración y Finanzas, Lizbeth Viveros Cansino, posiblemente no durmió tan tranquila esa noche.

Y el tema que esperaba con más ansia la concurrencia y la opinión pública, la solicitud de prórroga de mandato por parte del Rector, se trató en asuntos generales, después de tres horas de aburridas presentaciones de rutina. Tomaron la palabra unos 30 consejeros, incluido el Rector. Dos tercios se manifestaron, con buenas razones, contra tal aberración. El otro tercio quiso exponer argumentos, pero siempre cayendo en la alabanza desmedida al “señor Rector”, en sus grandes cualidades y logros, que sólo ellos ven, o ni ellos, pero que por consigna estaban obligados a mencionar.

La defensa que hizo Martinillo de su pretensión es muy distinta a la que planteó una semana antes en conferencia de prensa. Entonces argumentó “su derecho”, y seguramente alguien le hizo ver que defender su derecho iba en contra de los derechos de toda una comunidad, incluso de la sociedad veracruzana, que es la que da origen a la UV. Queriendo remediar la situación, salió en el Consejo Universitario con que se trata de continuar un proyecto; pero ya era un poco tarde. Una semana antes había mostrado sus verdaderas intenciones.

Lo relevante es que, contra las pretensiones iniciales de la nomenklatura de arrancarle al Consejo un “voto de confianza” para la Junta de Gobierno y para el Rector, se quedó con las ganas cuando vio que, en ese punto, una buena cantidad de consejeros están dispuestos a frenar los impulsos releccionistas del Rector.

Y ése es el punto crucial.

 

[email protected]

Please follow and like us: