Sin tacto
De la importancia de chapear /2
Por Sergio González Levet
Y sigo con el tema de las chapeadas gubernamentales, ésas que nos receta como su espectáculo de lujo la pareja 18 (un uno no muy delgado y un ocho tirando a bola de billar) y que finalmente no tienen ninguna repercusión para la gobernanza del estado, uno de los más importantes y ricos del país.
Esas acciones ajardinadas para la foto de nuestros funcionarios principales -quienes se hacen acompañar “voluntariamente” de empleados suyos que acuden con un entusiasmo nada creíble- intentan ser mediáticas y ganar la simpatía del pueblo bueno y honrado, pero se realizan a través de un evento que finalmente es frívolo y banal. No es para nada un golpe de timón con el objetivo de rescatar el barco a la deriva, y menos una política pública para mejorar el estado de cosas y regresar al estado de derecho. Es un recreo para jugar a que se gobierna.
Tirar hacia acciones que no tienen que ver directamente con la función de gobernar me recuerda que hacia el final del Imperio Romano de Occidente, su último gobernante, Rómulo Magno, el rey niño que solamente logró estar dos años en el trono, dedicaba su tiempo a cultivar gallinas y pollos, y escapaba hacia sus granjas para no tener que enfrentar la dura realidad de su gobierno y su imperio centenario que se deshacía entre sus inexpertas manos.
Y claro, es más fácil y sencillo enderezar el filo del machete contra los tallos ligeros de la maleza que tratar de enderezar la nave del estado, que se bambolea peligrosamente ante la falta de una conducción eficiente y entendida.
Ver al Gobernador o a sus principales funcionarios metidos entre la hierba como aprendices de jornaleros no abona nada a la confianza de una ciudadanía que sigue esperando seguridad, empleo, justicia, democracia.
Veracruz necesita un gobernador, no un aprendiz de jardinero.
La información que publican los medios sobre las acciones oficiales se circunscribe a ese tipo de acciones efectistas y a los pleitos que cada vez con mayor frecuencia sostienen Cuitláhuac y su equipo en contra de actores políticos de los más diversos niveles.
Qué diferente sería que los veracruzanos despertáramos todos los días con noticias sobre logros y éxitos de nuestro Gobierno para el bien de la población y para el desarrollo del estado…
Pero no, prefieren el machete a la pluma, aunque no sepan usar bien ninguno de los dos.
Así, ni cómo.