Sin tacto

OPINION

El Doctor Butcher

Por Sergio González Levet

Ha circulado profusamente en las redes sociales el video que reproduce la respuesta, grosera respuesta, que dio el ¿doctor? Roberto Ramos Alor, quien persiste como Secretario de Salud del Estado de Veracruz, a la diputada local priista Anilú Íngram Vallines durante la comparecencia del disfuncional funcionario para, según esto, glosar (es decir, explicar) el reciente informe del gobernador Cuitláhuac García Jiménez, presentado ante esa representación popular.
El galeno tuvo otro de los exabruptos que acostumbra cuando la diputada jarocha le pidió que le informara qué habían hecho los más de cien doctores cubanos que fueron contratados dizque para auxiliar en Veracruz durante el inicio de la crisis del coronavirus, y por qué se les habían pagado 40 millones de pesos.
El «Doctor Butcher», como se le conoce en el ámbito de la salubridad estatal, en lugar de dar respuesta al puntual cuestionamiento de la priista, empezó a gritonear y palmotear ante el micrófono, y se dedicó a decir que él, «viene desde abajo» y por eso es puro y bueno, y denostó a quienes son «simplemente Palacio».
Todos se quedaron con la pregunta de qué tiene que ver el origen personal con la democracia y más aún con el gasto poco explicable de su dependencia en favor de un grupo de médicos extranjeros que nadie sabe qué vinieron a hacer.
El Doctor Butcher ha replicado con su beligerante actitud la de varios de sus compañeros de gabinete, que se exaltan cuando los llaman a explicar acciones poco claras en el desempeño de su función pública.
Los diputados se quedaron atónitos ante la alocada contestación del ¿médico?, al grado que el Coordinador de la bancada panista, Othón Hernández Candanedo, salió en defensa de su compañera y reconvino la pésima actitud de quien debió haber acudido con la voluntad de resolver las dudas planteadas.
En verdad que la bancada priista, compuesta por Anilú, Marlon Ramírez y Arianna Ángeles Aguirre, ha hecho bien la tarea y han puesto en evidencia a funcionarios poco preparados.
Son pocos, ciertamente, pero cómo están haciendo ruido, y también cómo han hecho rabiar a funcionarios que han tenido que ir a explicar lo inexplicable y a tratar de aclarar lo que es oscuro sin remedio.
Por lo pronto, el Doctor Butcher se salió por peteneras y optó por la grosería, que se ve es lo suyo, suyo.
¡Ah qué doctorcito!

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