Sin tacto
Pablo
Por Sergio González Levet
Si hay un colaborador cercano, afín, leal a Pepe Yunes Zorrilla, es -no me lo negarán- Pablo González Madrazo. Quienes conocen a Pepe desde hace muchos años han recorrido su historia con su impecable asistente siempre a un lado, a la mano, dispuesto.
Son tantos años de trabajo juntos que nuestro protagonista de este “Sin tacto” terminó por mimetizarse de tan manera con su jefe, que hay quien no distingue los modos amables y llenos de urbanidad de uno y otro (incluso, no falta en la picaresca política estatal el que ha dicho que Pablo ha terminado por parecerse mucho a Pepe; es más, a parecerse a Pepe más que el propio Pepe, je).
Pero Pablo González es una pieza importante en el tablero político del diputado con licencia de Perote. Él conoce como nadie el pensamiento y las aristas del carácter de quien será inevitablemente el candidato del frente opositor para la gubernatura de Veracruz… y por eso, el hombre más solicitado de Veracruz.
Hablar con el licenciado González Madrazo es saber con precisión a qué se puede atener alguien cuando solicita una reunión o un acuerdo con Pepe. Es –rara avis- un secretario que no miente ni hace promesas falsas a quien lo busca como conducto para llegar al jefe.
Son famosas las largas explicaciones que suele dar, sin saltar un ápice su urbanidad, a quien no podrá ser recibido o atendido o apoyado. Dicen que muchos hasta terminan dándole las gracias por esas negativas tan bien sorteadas.
Pablo González empezó su relación con la familia Yunes de Perote a través de Ramsés, el supercomunicador. Allá en 1996, cuando ambos tenían pelo y eran unos muchachones apenas, hicieron un programa de noticias por radio y junto con ello una amistad que ha resistido el paso de los años, los quinquenios y las décadas. Cuatro años después, cuando arrancaba el milenio, Pablo empezó a trabajar junto a Pepe, el hermano mayor, y ha continuado ahí por 23 años sin mácula ni pausas ni menos desviaciones.
Hoy, cuando se ha instalado la intercampaña, el siempre fiel Pablo, el confiable, el capaz regresa a ejercer su función más conocida y para algunos paradigmática, la de secretario particular, esta vez del precandidato como lo fue del diputado local y federal, del senador, del diputado y lo será con toda seguridad del Gobernador, cuando los tiempos lleguen y se cumpla la profecía ciudadana.
Y mientras está ahí, sorteando con éxito las abrumadoras peticiones, las suaves o agresivas presiones, las solicitudes implorantes de miles y miles que se quieren acercar a la esperanza actual de Veracruz para decirle que están con él y que confían en su liderazgo.
Y Pablo siempre contestará: “Con gusto lo veo, si usted me permite el atrevimiento…”