Sin tacto
El PVEM y el acosador
Por Sergio González Levet
No son pocos los que opinan que el Partido Verde Ecologista de México queda mucho a deber con el tema de la defensa del medio ambiente, pero ahora también sus directivos están siendo cuestionados por el poco interés que ponen en el asunto del respeto a las mujeres.
Ningún dirigente ni algún militante más o menos distinguido se ha pronunciado en el asunto del Presidente Municipal de Jalacingo, Roberto Perdomo Chino, que el pasado 28 de agosto fue inscrito por orden del Tribunal Electoral de Veracruz dentro del Catálogo Nacional de Sujetos Sancionados por Violencia Política en Razón de Género.
Resulta que ese individuo fue denunciado por la síndica del Ayuntamiento jalacinguense, la señora Concepción Bandala Martínez, porque el primer día en que ambos tomaron posesión de sus puestos fue también en el que aquél empezó a presionar a su colaboradora para que estuviera de acuerdo con varios movimientos administrativos no muy claros.
La funcionaria igualmente acusó en el TEV con pruebas que su salario fue reducido sin que existiera motivo alguno y de manera totalmente ilegal, así como dio cuenta fehaciente de muchas presiones que sufrió por parte de otros empleados hombres de la comuna.
De esa manera quedó tipificada la violencia de género y el Tribunal veracruzano sentenció en contra de Perdomo Chino, al que le retiró sus derechos políticos por los próximos dos años, mientras permanezca en el Catálogo que mencioné tres párrafos atrás.
Ese alcalde participó como candidato con las siglas del PVEM y sigue siendo militante activo de ese partido. Por eso resulta extraño que personalidades verdes con una presencia notable en Veracruz no hayan emitido una censura ante la condenable actuación de Roberto Perdomo.
No ha dicho esta lengua es mía Javier Herrera Borunda, por ejemplo, que ostenta el segundo puesto partidista más importante a nivel nacional y al parecer tiene mucho interés en lo que sucede en Veracruz por su afán de ser candidato a senador de la alianza con Morena y el Partido del Trabajo. Podría haber aprovechado esta oportunidad de oro el buen Javier para alejar de sí cierta idea que permea en su estado natal de que no es precisamente un político orientado hacia la defensa de las féminas.
Tampoco ha expresado alguna mínima condena el ex presidente estatal del partido, Marcelo Ruiz, quien nuevamente está en funciones de dirigente estatal, después precisamente de la renuncia de una mujer, la prestigiada periodista Eleaney Sesma.
Y menos hemos podido escuchar la voz de mi querida amiga la diputada local Citlalli Medellín Careaga, tan echada para adelante y tan dada ella en otras oportunidades a la defensa de su género. ¿Por qué será que calla?
No es posible que en un partido tan reconocido como el Verde, tan decente al decir de sus líderes, se deje pasar de noche una afrenta tan fuerte en contra de una mujer como la que cometió el presidente Roberto Perdomo Chino, con la complicidad de su tesorero municipal y de otros funcionarios hombres.
Aquí seguimos esperando que desde el Verde digan algo esos señores… y esa señora.