Sin tacto

OPINION

Héroes incómodos

Por Sergio González Levet

Nuestra historia nacional -al igual, creo, que todas las demás del planeta- se nutre de una serie de inconsistencias y hasta de mentiras que terminan por dar forma a lo que todos pensamos que es la verdad de nuestro pasado como pueblo… y es sólo una “verdad oficial”, es decir, a medias.
Acá en nuestro país empezamos con los mexicas, que cuando terminaron por dominar las tribus del Valle de México, reescribieron su historia y se transformaron de una tribu de mercenarios medios muertos de hambre en un pueblo predestinado por los dioses a ser el dominador de Mesoamérica, con todo y la leyenda del águila sobre el nopal que devora a una serpiente.
Nuestra historia se nutre después de héroes que terminaron siendo incómodos por sus hechos y sus resultados.
El primero es Hernán Cortés, el fundador del México mestizo, que empezó su epopeya a partir de una traición, cuando engañó a Diego de Velázquez, el Gobernador de Cuba, para quedarse con la tropa y las naves que había patrocinado.
Las atrocidades cometidas por cortés y sus soldados, con matanzas de inocentes como la de Cholula y la del Templo Mayor en Tenochtitlán, hicieron que la Corona española no viera con buenos ojos a quien había conquistado para ella un dominio cien veces mayor que toda la Península Ibérica, lo que permitió que Carlos I de España, convertido en el emperador Carlos V de Austria, pudiera decir que en sus dominios nunca se ponía el sol.
No hay estatuas ni monumentos, ni calles o avenidas ni una fecha patria que recuerden al máximo conquistador español. Como que los hispanos se apenan de este héroe que los hizo el imperio más poderoso del mundo.
Otro héroe vergonzoso en nuestro país es Agustín de Iturbide, el verdadero consumador de la independencia de México, que se convirtió en emperador, pero fue depuesto por los líderes insurgentes y arrojado al albañal de la historia patria.
Y qué decir del villano favorito de México, don Antonio López de Santa Anna, a quien los veracruzanos le debemos la riqueza de nuestro territorio Estatal, que él configuró quitando las mejores tierras a los estados vecinos hasta convertir a Veracruz en un verdadero vergel y fuente de grandes riquezas naturales.
No hay homenajes ni conmemoraciones a Hernán Cortés, ni una entidad federativa que se llame Iturbide. Menos, alguna ciudad de importancia con el nombre del paisano jarocho que fue once veces Presidente de la República.
Son nuestros héroes anónimos u ocultados, que nos apenan porque sus vidas y sus personalidades no se apegan a la historia oficial.
Y ya de los líderes revolucionarios, que todos murieron traicionados, mejor ni hablamos…

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