Sin tacto
El don
Por Sergio González Levet
Platico con el insigne periodista Mario Javier Sánchez de la Torre, todo un referente de las noticias electrónicas en Veracruz, una leyenda en su área, y tocamos sin querer queriendo un tema de gramática, tan afín a nuestro ejercicio profesional (el lenguaje es el azadón para un reportero).
Bordamos, en tiempo de perder el tiempo, sobre el “don”, una alocución de respeto que se utiliza mucho en nuestro idioma castellano, pero que tiene sus asegunes.
Acudo al diccionario de la RAE y encuentro que:
“don, doña”, viene del latín domĭnus ‘señor’” y que la forma femenina es “domĭna.”
Y vienen seis acepciones diferentes para el término:
“1. m. y f. Tratamiento de respeto que se antepone a los nombres de pila. Antiguamente estaba reservado a determinadas personas de elevado rango social.
“2. m. y f. coloq. Antepuesto a un adjetivo o a un nombre generalmente en plural, referidos a una persona, u. para enfatizar irónicamente lo expresado por ellos. Don perfecto, doña calores.
“3. m. y f. p. us. Sin estar acompañado de otro nombre, y por sí solo, señor.
“4. m. y f. desus. Era u. para realzar la intensidad de algunos denuestos. Don ladrón, don necio, doña bellaca.
“5. f. desus. dueña.
“6. f. desus. monja.”
(Los académicos insisten en utilizar abreviaturas a mansalva, y por eso explico que “m. y f.” quiere decir “masculino y femenino”; “coloq.” significa (de uso) “coloquial”; “u.” es “usado”; “p. us.” se traduce como “poco usado”, y “desus.” vale para “desusado”).
Bueno, pues como “don” viene de “domĭnus”, es sinónimo del sustantivo común “señor”. De ese modo, es una palabra que se debe escribir en minúscula: don Juan, don Manuel, don José, etc., es decir; el señor Juan, el señor Manuel, el señor José.
En España utilizan el “don” seguido del apellido como una manera despectiva de referirse a alguien: “don López”, “don Hernández”, aunque en el dialecto mexicano del español no se reconoce este uso.
Véase, de domĭnus vienen otras palabras, como “dominar”, “domingo” (que para la tradición cristiana es el Día del Señor), “domeñar”, y tiene relación semántica con la palabra “domar”.
“Don” y “doña” son entonces apelativos que se anteponen en señal de respeto y que se aplican a personas que se han ganado la consideración de la comunidad.
De ahí, por ejemplo, que los veracruzanos sigamos recordando con acato a don Adolfo (Ruiz Cortines), a don Jesús (Reyes Heroles), a don Fernando (Gutiérrez Barrios), a don…