Prosa aprisa
Arturo Reyes Isidoro
El encabezado de la entrevista de la reportera Almuneda Barragán al cineasta mexicano Luis Estrada, que se publicó en el diario El País edición México el 15 de noviembre del año pasado, es todo un poema: “Todos los mexicanos somos priistas y pasarán 100 años hasta que se salga de nuestro ADN”.
Director de tres emblemáticas películas en las que criticó al poder, lo mismo a los gobiernos priistas que panistas: La Ley de Herodes, El infierno y La dictadura perfecta, ahora critica al gobierno obradorista en su película ¡Que Viva México! (sin acento el que), que se estrenó el jueves de la semana pasada en salas de cine y que puso muy encabronado al presidente López Obrador.
Referente del cine mexicano, confesó en esa entrevista que votó por Andrés Manuel siempre que se presentó a un cargo de elección popular, pero, sin decirlo en forma abierta, dejó translucir que es ahora uno más de los desencantados con él.
Declaró que vino votando por el tabasqueño porque los otros le parecían más lamentables; “porque tenía un discurso que yo sí le compré. Señalaba directamente a la mafia del poder. Y él me prometió que si llegaba a la presidencia, iba a hacer justicia contra esos hijos de puta y no lo ha hecho. Se toma fotos con ellos y los invita a cenar a Palacio Nacional”.
El gobierno de AMLO le puso trabas para su nueva película
Se quejó entonces, denunció que el gobierno de AMLO, como los gobiernos priistas y panistas, también le puso trabas para filmar ¡Que Viva México! “No hay manera de que justifiquen lo que hicieron. No hay manera. Desde cualquier lectura era una arbitrariedad y un acto de censura”.
Sobre su nueva película, ya en salas de cine, explicó que el tema es sobre la idiosincrasia de los mexicanos, sobre “por qué somos como somos”. Le preguntó la periodista y respondió qué son los mexicanos para él: “muy complejos. Es casi imposible definirlos… tenemos rasgos muy particulares que no los tienen otros”.
“… cuando vives mucho en un país empiezas a hacer cosas que no pensabas hacer, pero si todo el mundo las hace… todo el mundo dice: aquí no se puede mear saliendo del bar, pero te meas porque hay otros ocho. Oye, pérate, yo en mis cinco sentidos no hubiera hecho esto, pero todo el mundo lo hace. O te para un policía y te dice: ‘¡Huy, joven!, fíjese que nos va a tener que acompañar al corralón, pero ya cerraron, entonces va a tener que recoger su coche hasta el lunes y tiene que traer dos copias originales de su factura…’ y entonces es cuando dices: ‘¿no lo podríamos arreglar de otra manera, oficial?’”.
Almuneda Barragán le volvió a preguntar: “¿Y diría usted que después de 70 años de gobiernos del PRI, el país también tiene una idiosincrasia política? Su respuesta fue un tanto larga, pero vale la pena leerla completa:
“Este país está conformado por priistas. Todos somos priistas y va a llevarnos 100 años que salga de nuestro ADN. Fox era un presidente priista. Calderón es un presidente priísta. Peña Nieto por supuesto que también y López Obrador es un priista de hueso colorado. El más fiel representante de lo que es el pensamiento priista. Es ser de izquierda y de derecha al mismo tiempo. Es ser católico y agnóstico; es ser machista y feminista. Porque en el priismo cabe todo, pero es parte esencial de nuestra idiosincrasia. Mi esperanza con López Obrador era que, a lo mejor, él podía empezar a sacarnos de la sangre y del cerebro nuestra cultura priista. Pero parece que no lo voy a ver. En sus hechos, en su manera de ejercer la política y de implementarla, sigue siendo priista.
Lo interrogó: “¿Qué repercusiones cree que tiene para México la polarización que estamos viendo en las calles y en las redes sociales?”
Dijo: “El problema de este país es que se perdieron los grises. Y cuando se perdieron los grises, se perdió la moderación, se perdió la inteligencia. Y se perdió, sobre todo, la tolerancia. Entonces estamos metidos en una guerra que no sé dónde va a acabar y estoy muy asustado”.
Una cosa es ayudar a los pobres y otra hacer clientelismo
Entraron al tema de su película: “Usted critica en su película de manera directa los programas sociales del actual Gobierno, ¿por qué?”
Su respuesta fue contundente: “Efectivamente hay que ayudar a los pobres y lo suscribo por completo. Pero entre ayudar a los pobres y hacer clientelismo hay un matiz muy peligroso. Porque resulta que los viejitos no reciben algo justo, reciben una dádiva del presidente y la gente lo llama ‘la pensión del presidente’, y no es la pensión del presidente porque la da el Estado. Otra vez volvemos al problema del Gobierno y el Estado. El Estado somos todos, no es el presidente”.
Transcribo la parte final de la entrevista:
“P. ¿Y usted cree que el Estado está personificado en el presidente en este momento?
R. El presidente en este momento es omnipresente y omnipoderoso.
P. ¿Y eso a usted qué le parece?
R. Me parece un retroceso democrático peligrosísimo. Pero no creo que tenga nada de original ni de novedoso”.
En aquella fecha, noviembre de 2022, sobre su película, la reportera le preguntó si tenía miedo de que no se pudiera estrenar. Soltó la carcajada.
“Ja, ja, ja. Miedo que les dé a ellos. Por mis pistolas que la sacaré como he sacado cada una de mis películas. Y veo venir un éxito sin precedentes.
P. ¿Por qué?
R.Porque creo que a nadie le va a gustar y que a nadie va a dejar indiferente. Nunca una película se había atrevido a decir lo que se dice en esta sobre López Obrador. ¡Ah, por cierto! El presidente actúa en ella”.
La película es un “churro”, arremetió Andrés Manuel
El miércoles, AMLO arremetió contra él y su película. La calificó de “churro”. Dijo que es para consumo de los “conservadores”. Que Estrada y quienes tienen que ver con la película “ya enseñaron el cobre”.
López Obrador reflejó en su declaración que le dolió el retrato que pinta de él y de su gobierno el cineasta, porque confesó que vio la película, pero la descalificó. Es intolerante a la crítica.
“Estaba yo viendo una película, un churro en contra nuestra, pero para consumo de los conservadores, le va a ir muy bien a la película, Sí, esa (¡Que Viva México!), lo mismo cineastas buena ondita, progres buena onditas, es para consumo de los conservadores y le va ir bien”.
El actor Héctor Herrera, protagonista principal de ¡Que viva México! le respondió: “Se venden churros en más de 3000 pantallas alrededor del país. ¡Están muy buenos!”.
La ley de Herodes, otra película suya, influyó para derrotar al PRI
Vale la pena recordar ahora que otra de sus grandes obras: La ley de Herodes, que se estrenó el 14 de noviembre de 1999, en la que retrató de cuerpo entero al PRI con todos sus vicios, defectos y contradicciones, su corrupción, su uso y abuso del poder, tuvo un gran impacto social que, creí entonces y sigo creyendo, influyó de manera determinante en el ánimo de los mexicanos para derrotar al hasta entonces hegemónico partido que llevaba 71 años en el gobierno, pues su exhibición en miles de salas se dio en la víspera y en plena campaña presidencial del año 2000.
Si bien ahora con mucho más tiempo de la elección de 2024, con 15 meses de anticipación (en 2000 hubo una diferencia de solo 8 meses), no será nada raro si ¡Que viva México! influye en el ánimo de los mexicanos y contribuye a la derrota de Morena, pues ya se vio el efecto multiplicador que tuvo su película en 1999-2000. ¿Será por esto también el enojo de López Obrador?
No me extrañará tampoco ver esta Semana Santa, que inicia el Domingo, Domingo de Ramos, llenas las salas de cine de todo el país y, como efecto, a millones despertando o reaccionando y tomando una posición respecto a su voto el próximo año. Su impacto será completo cuando se sume al catálogo de Netflix posiblemente en mayo y tras su lanzamiento en streaming se pueda ver y disfrutar en plataformas digitales. ¿Gusta un vaso gigante de palomitas?
“Prosa aprisa se va de Semana Santa”
Lector, lectora: no estaré en toda la Semana Santa, la próxima semana. Nos encontraremos aquí el lunes 10 de abril.