Prosa aprisa

OPINION

Quieren también el sometimiento de alcaldes

Arturo Reyes Isidoro

No tengo, por ahora, información de qué está haciendo la oposición luego de la contundente derrota que le propinó Morena el 6 de junio y que dejó a varios partidos a punto de perder su registro.

Aunque extraoficialmente sí sé que para el gobierno el proceso no ha terminado y trata a toda costa de reducir prácticamente a nada a sus opositores, que por el momento no han hecho ruido.

Presidentes municipales de diversos partidos que lograron el triunfo refieren, aunque bajita la voz, que desde el palacio de gobierno los están apretando para que se pasen a las filas de Morena o para que se comprometan a que van a jalar con el cuitlahuismo.

Pienso que seguramente los dirigentes de los partidos de la oposición están enterados y creería que a lo que se dedican en estos momentos es a tratar de contener a que sus alcaldes electos no doblen las manos y no cedan a las presiones.

Se ve difícil. Al menos de los que tengo conocimiento están muy temerosos porque les han dicho que si no dan el sí entonces les levantarán la canasta y que la van a pasar muy mal durante los tres años que coincidan con la actual administración.

Pareciera que desde el poder juegan al toma todo político, yo pensaría que para ir debilitando, desde ya, a la oposición de cara a la gran elección de 2024 cuando se elegirán gobernador y presidente, además de senadores y diputados locales y federales.

Porque, por otro lado, las autoridades electorales, que están al servicio del gobierno, en la revisión que hacen de la documentación de los gastos que realizaron los partidos de oposición en la pasada elección, buscan el más mínimo detalle para acusarlos de anomalías e imponerles multas, de tal forma que los institutos políticos deben ya tantos millones que forzosamente verán mermada su capacidad de operación.

El gobierno, pues, pretendería por la fuerza el carro completo que no ganó en la elección y por ahora no se ve cómo podrá la oposición hacer contrapeso al poder hegemónico, igual o más que el que ejerció el PRI.

En Veracruz, es total el control del gobierno de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, tiene el control de las finanzas, de la seguridad pública, así como el de la Fiscalía General del Estado, además de prácticamente todos los órganos autónomos, control que se completaría con el sometimiento de los presidentes municipales.

Que ni Yunes llegó a tanto

Acerca del comentario que hice ayer de cómo la presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Isabel Inés Romero Cruz, ordenó (obedeciendo órdenes, claro) que echaran a su excompañera magistrada Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros de la sede y de su cubículo, mandando trabajadores para que sacaran sus cosas y se las dejaran en el estacionamiento, lectores me escribieron para reprobar tal proceder y para hacerme notar que ni siguiera Miguel Ángel Yunes Linares como gobernador autorizó o avaló una medida así.

“Siguen diciendo que Yunes era un represor, pero lo cierto es que fue respetuoso con el Poder Judicial y nunca ordenó un desalojo así, además de que nunca actuó y menos persiguió a mujeres magistradas adultas mayores”.

La disculpa del secretario de Marina

Una buena noticia ayer, al menos para mí, fue la disculpa que el secretario de Marina, Rafael Ojeda Durán, ofreció al Poder Judicial federal luego de que en mayo pasado había arremetido contra los jueces diciendo que le daba pena como actuaban frente a los delincuentes. “Parece ser que el enemigo lo tenemos en el Poder Judicial”, expresó entonces, causando un gran revuelo mediático y en la judicatura.

Tres meses después, seguramente porque terminó convenciéndose que procedió mal, o porque sus asesores terminaron por convencerlo en ese sentido, o porque él mismo comprobó que no es así, ayer rectificó: “Quiero ofrecer una disculpa pública a quien lo merezca porque hay buenos jueces, buenos ministerios públicos, hay buena justicia social”, expresó.

No deja uno de pensar cuánto bien le haría al actual gobierno si todos los funcionarios, del presidente López Obrador y, en el caso de Veracruz, del gobernador Cuitláhuac García para abajo hicieran lo mismo, reconocieran sus errores y ofrecieran disculpas, en sus casos, a sus representados y a todos a los que han descalificado sin prueba alguna.

La actitud del almirante, xalapeño de nacimiento, no solo habla bien de él sino que da tranquilidad porque muestra respeto por las instituciones y por las autoridades civiles en momentos en que el presidente casi ha militarizado el país.

Destacado veracruzano realiza labor discreta

Julio César Sánchez Amaya es un veracruzano de alto nivel en el gobierno federal, aunque se conduce con mucha discreción porque esa es su característica.

Oriundo de Actopan, actualmente es el Director General de Asuntos Especiales de la Subsecretaría para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, de suerte que forma parte del equipo del canciller Marcelo Ebrard, bajo cuyas instrucciones contribuye a la coordinación de los tres niveles de gobierno en acciones en las fronteras norte y sur del país.

Licenciado en Derecho y en Ciencia Política y Administración Pública, está certificado por la Escuela y Policía Nacional de Colombia, que depende del Ministerio de Defensa Nacional de ese país, además de que ha sido asesor del panel de expertos del Comité Directivo de la Red Global de Ciudades Seguras ONU-Hábitat, entre un largo currículum.

Actualmente, en el gabinete interinstitucional, coordina las acciones para fortalecer el plan migratorio en el país, además de que trabaja en el combate al tráfico de personas, atacando las estructuras criminales que se aprovechan de las niñas, niños y adolescentes no acompañados.

Lo que son las cosas. En 2018 aceptó venir a Veracruz para integrarse al equipo de gobierno municipal del alcalde Hipólito Rodríguez Herrero, pensando en que el suyo sería un gobierno efectivo, de resultados, modelo, para el cual preparó un proyecto de trabajo sobre seguridad municipal que finalmente el presidente municipal desdeñó y tiró a la basura. No solo eso. Para justificar su inoperancia y nulos o malos resultados, el presidente municipal lo acusó de anomalías, ante lo que Sánchez Amaya no esperó más y se regresó para integrarse de inmediato a la Cancillería.

Hoy Rodríguez Herrero está a punto de irse con todo el rechazo ciudadano por sus malos resultados (está considerado el peor presidente municipal que ha habido en Xalapa), mientras que no es raro ver gráficas del gobierno federal con Sánchez Amaya encabezando reuniones con altos funcionarios norteamericanos en los propios Estados Unidos.

Por cierto, otro funcionario con altas responsabilidades en el círculo cercano al canciller Ebrard, en las negociaciones con los países que tienen relaciones con México, pero que también se maneja con muy bajo nivel, es el exsubsecretario de Gobierno Enrique Ampudia Mello, de quien me ocuparé en otra ocasión.

Sobre Grace

Impresionan, en verdad, las imágenes de las proyecciones de la trayectoria que puede tener el huracán Grace una vez que atraviese la península de Yucatán y se interne en el Golfo de México. Impresionan porque las manchas abarcan bastante territorio veracruzano, del centro hacia el norte.

Creo que tiene mucho tiempo que no se pronosticaba que un huracán pegara de frente en la costa veracruzana, sobre todo con la amplitud y la fuerza que se está previendo. Nos espera un fin de semana muy húmedo en buena parte del estado. A tomar previsiones.

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