Prosa aprisa
Dante
Arturo Reyes Isidoro
Prosa aprisa
Dante
Arturo Reyes Isidoro
En columnas anteriores he limitado en este espacio a solo dos los zoon politikón (“animal político” o “animal cívico”, concepto creado por Aristóteles) sobrevivientes en Veracruz: Fidel Herrera Beltrán y Miguel Ángel Yunes Linares.
Hoy rectifico. Hay uno más, el único activo en la vida pública del país: Dante Delgado Rannauro.
Contemporáneos los tres, expresidentes del PRI estatal y exgobernadores de Veracruz, Fidel enfrenta graves problemas de salud, Miguel se mantiene sano, pero por ahora está alejado de la vida pública, y Dante es el único activo y con éxito en la vida pública de México.
Nativo de Alvarado, pero identificado como cordobés, de los tres es el único que todavía saca la casta por aquella famosa e histórica clase política veracruzana en la que abrevaron y se graduaron los políticos que después fueron en todo el país y que reprodujeron las enseñanzas que recibieron y su aprendizaje en sus estados y en el centro del poder y de donde nació la diáspora de quienes hoy gobiernan México.
Pienso, creo, que Fidel y Miguel se hicieron más famosos y acapararon más la atención mediática por su enconado pleito que de político pasó a personal, luego de que en su juventud fueron amigos. Soy de los que piensa que antes de que mueran, un día se van a reunir, se van a dar un abrazo y tendrán una tarde para pedirse perdón, recordar viejos tiempos y anécdotas vino tinto de por medio (¿un Vega Sicilia de 15 mil pesos de por medio, mínimo, o un Chateau Lafite Blend de 49 mil o de plano un Chateau Petrus de 90 mil pesos, para que valga la pena la ocasión?), y si no lo hacen aquí tal vez lo hagan allá arriba teniendo como testigo a San Pedro, quien tiene las llaves del cielo.
Dante fue gobernador antes que ellos y no cayó en ningún pleito como el de los otros, ni aun porque ya como ex fue a dar a la cárcel acusado por desvío de fondos, por lo que estuvo un año y tres meses en Pacho Viejo, para finalmente ser absuelto de todos los cargos y recobrar su libertad. Hoy, luego de una larga carrera política, es el líder indiscutible de la tercera fuerza política del país por encima del PRI y solo debajo de Morena y del PAN.
Si bien, en mi opinión, Herrera Beltrán y Yunes Linares hicieron más ruido mediático, Delgado Rannauro hizo, se atrevió, a lo que los otros no: decirle que no al presidente Ernesto Zedillo, cuando los presidentes del PRI encabezaban una presidencia imperial (Enrique Krauze dixit), y enfrentarse al sistema político, que era avasallante. La disputa había iniciado por diferencias en el manejo de la política para tratar de recuperar Chiapas, que acababa de caer en manos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (Armando Méndez de la Luz había sido enviado a operar allá). Dante se atrevió a decirle a Zedillo que estaba equivocado. La respuesta fue castigarlo exiliándolo del país, desterrándolo en una embajada en Europa o en la más cercana, que fue el último ofrecimiento: la de Brasil. Dante se mantuvo firme, no aceptó y pagó con la cárcel.
La ocasión es oportuna para revelar por primera vez, con el permiso de Dante, lo que pasó entonces. Vale la pena revelarlo ahora. El presidente Zedillo había convocado a una reunión del llamado “Gabinete Social”. En Los Pinos estaban el titular de la Sedesol Carlos Rojas, el de la Reforma Agraria Arturo Warman, la titular de Recursos Naturales y Pesca Julia Carabias, el procurador del Medio Ambiente Miguel Limón Rojas y el director del DIF Mario Luis Fuentes. Dante era el procurador Agrario y coordinador del Programa para el Bienestar Social y el Desarrollo Económico de Chiapas. En su intervención, el veracruzano fue directo, al grano. Le dijo: “La lealtad a un jefe implica decirle la verdad. Que me disculpe Arturo Warman, quien le dice a usted que ha repartido miles y miles de hectáreas a los grupos indígenas de Chiapas y eso es mentira, eso fue en el sexenio pasado; que me disculpe Carlos Rojas, pero los programas de apoyo social a mujeres han sido básicamente a grupos priistas no a la población en general; que me perdonen mis compañeros de gabinete, pero no conocen Chiapas, llegan en las mañanas y se regresan en las tardes. Pero, además, señor presidente, yo le he presentado ya a usted mi renuncia y aquí la traigo una vez más”. Ahí se dio la ruptura. Zedillo buscó entonces la intermediación del secretario de Gobernación Emilio Chuayffet y este la de don Fernando Gutiérrez Barrios para proponerle su exilio en una embajada. Dante se mantuvo firme: dijo no.
Ayer, bisoños dirigentes de Morena en el estado y aplaudidores que los acompañan hicieron mofa de Dante porque al mediodía decidió renunciar a la comisión integrada en el Senado para investigar atropellos en Veracruz contra políticos opositores y ciudadanos con el pretexto de que cometieron ultrajes a la autoridad. No lo conocen. Lo subestiman. El exgobernador no da paso en falso. Conociéndolo, se puede asegurar que todo lo tuvo calculado y que si hizo lo que hizo fue parte de una estrategia. Acá quisieron dar idea de que les tuvo miedo, olvidando, o porque no lo sabían, que ni al entonces poderoso presidente de México, al propio sistema, tuvo miedo enfrentársele.
Dante hizo ya una advertencia: “La defensa de los derechos de la gente se puede y se va a dar desde todas las trincheras”. ¿Qué quiso decir? Pronto lo sabremos. La verdad, fue muy duro con el gobernador Cuitláhuac García: lo llamó “criminal”: “Si Morena utiliza su mayoría para acallar las voces disidentes, para impedir que la justicia se haga valer, y proteger a un Gobernador criminal, nosotros vamos a convocar a los ciudadanos para impedir que en Veracruz siga prevaleciendo el abuso de poder y la impunidad”.
“Entiendo que por ser leales al presidente López Obrador obedecen instrucciones del Ejecutivo y aprueban leyes sin modificar una coma, aprueban presupuestos sin modificar una sola partida, y hoy se manifiestan en contra del trabajo de la comisión especial. Prefieren proteger a un Gobernador autoritario e incompetente antes de hacer prevalecer la justicia y defender a ciudadanos inocentes”.
Por la tarde, él y su partido Movimiento Ciudadano (MC) se anotaron un rotundo triunfo político y se fortalecieron más cuando la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, por mayoría de votos de sus magistrados, determinó que MC sea incluido en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, de la que había sido excluido no obstante el porcentaje de representación que tiene en la Cámara de Diputados que los hace la tercera fuerza política del país (qué cosas, por parte de Morena, otro veracruzano, Sergio Gutiérrez Luna, trató de evitarlo argumentando que un día anterior se habían cerrado los trabajos de la Permanente).
O sea, Dante no va a tener voz en una comisión particular sino en el órgano del Congreso de la Unión que actúa durante los recesos entre los periodos ordinarios de sesiones, o sea, dejó una latita amarrada a un hilo en forma de un teléfono para hacerse oír por un aparatote de sonido con una gran caja de resonancia mediante el cual todos podrán escucharlo y fuerte, incluidos quienes hoy lo desestimaron.