Por Inocencio Yáñez Vicencio.
El gobernador de Sonora fue muy claro: más del 90 por ciento de las víctimas se colocan en situación de riesgo, es decir, son culpables que las maten o las secuestren.
En Veracruz no sólo se asesinan periodistas sino que se les purga de canales y de medios cuando no aceptan sumarse al coro de aduladores.
La Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas ( CEAPP ) , integrada por comunicadores palomeados por Rocío Nahle, en un acto que sólo tiene parangón con el brazo inquisitorial de la Iglesia Católica, aprovechando un incidente que tal pareciera más preocupada está organización de haber sido señalada eso, un incidente, a qué se consumara contra una respetable periodista.
Los integrantes de la CEAPP, no es que no sean periodistas sino que son personas que prestan sus servicios en pasquines afines al gobierno de Morena y otros sus voceros oficiosos. En esa plana aparecen algunos con los cuales llevé amistad muchos años, pero esto no es un asunto de filias y fobias. Cuando se atenta contra la libertad de pensar y actuar, la defensa de esa libertades está por encima de cualquier interés o sentimiento personal.
Grave que Rocío Nahle, crea que ; todito, todito el poder que dice, por su ignorancia, que le otorgó el electorado, grave porque debía de saber que el veredicto de las urnas dan el título para ocupar un cargo, pero el poder viene de una Constitución que lo da limitadamente, pero grave también porque al poder político no puede invadir la moral, como hoy lo pretende hacer por medio de sus testaferros.
Morena tiene derecho a tener su prensa, ese es su derecho, lo que no tiene es derecho a revestir de llamado de periodistas un exhorto a colaborar con una paz y tranquilidad que la hemos perdido desde el momento que Morena se ha rendido al crimen organizado y más del 35 por ciento del territorio se lo han entregado. Si quiénes han decidido pasarse del lado de un gobierno que ha sellado con abrazos su sumisión a los cárteles quieren coludirse con él, adelante, que bueno que salen del clóset, pero no le pidan a los periodistas que han resistido la presión, amenazas y chayoteo, que claudique y menos que sigan las pautas morales de quienes tienen como luz la traición y la vanalidad.
El periodismo independiente sabe que sus deberes no puede dictarlos una banda de censores degradados por su servilismo a un régimen que ha cancelado nuestras libertades desde el momento que primero nos despojó de nuestro derecho a elegir libremente a quienes gobiernan, al asaltar el INE y el Tribunal Electoral Federal, y destruyendo al Poder Judicial Federal, para expropiarle la soberanía al pueblo y sustraerse a la justicia y a la rendición de cuentas; sabe el periodismo independiente que su compromiso si no está con la crítica contumaz, si con la crítica al abuso y a la arbitrariedad del poder.
Quienes hoy callan este atentado contra la libertad de prensa o quieren distraernos con las frivolidad de la inútil de Rocío, se les olvida que que la primera función de un Estado es dar seguridad a sus gobernantes, no andar de turista. Esa es la función que constitucionalmente tiene un Estado, no los periodistas. Los periodistas reclaman que el Estado cumpla con la prevención y el castigo imparcial del delito, para poder ejercer este oficio, lo que no podrá hacer un gobierno como el de Morena, en tanto concentre todos los poderes y los ciudadanos, estemos a merced de su humor.

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