Elecciones Gubernamentales

OPINION
TEMAS CONTEMPORÁNEOS

Elecciones Gubernamentales

David Alves hijo

En el 2024 se llevarán a cabo el mayor número de elecciones en el mundo. Ciudadanos de la Unión Europea y de otras 64 naciones acudirán a las urnas a votar. Se estima que el 64% de la población mundial votará.

Al contemplar toda esta actividad electoral, debemos hacernos preguntas como las siguientes:

¿Cómo debemos responder como discípulos de Jesús a las elecciones que se llevan a cabo en la sociedad en la que providencialmente Dios nos ha puesto? 



¿Cuál es nuestra responsabilidad ante los gobiernos de esta tierra, cuando nosotros pertenecemos a un reino que no es de este mundo?

Las Sagradas Escrituras nos instruyen sabiamente en cuanto a esto, así como lo hace con cualquier otra interrogativa que pudiésemos tener.

Jesús es el Rey supremo que por siempre reinará

La política suele tener una gran influencia sobre un cierto sector de la población. Generalmente hablando, hay aquellos que son intensamente apasionados por la política y aquellos que son indiferentes ante las cuestiones del gobierno.

A los que les interesa la política, suelen dejarse absorber por los ideales del partido con el que simpatizan. Tienden a dedicar mucho tiempo para escuchar los discursos y las entrevistas de su político favorito o para detectar las deficiencias de su político menos favorito. Se inclinan por criticar airadamente de manera constante a otros gobernantes. Procuran discutir virulentamente con aquellos que tienen una cosmovisión distinta.

Por varias razones esto presenta un gran dilema para aquellos que declaran ser hijos de Dios por medio de su fe en Jesús. Se afanan más por la política que por dedicarse por completo a todo lo que concierne el servicio a su Señor. Llegan a depender más en su líder que confiar plenamente en el Todopoderoso. Ponen su mirada más fijadamente en el presente y en lo terrenal, que en lo porvenir y en lo celestial. Apoyan a personas impías con políticas inicuas.

Cristiano, más allá de quién nos gobierne y cómo nos gobierne, lo que más debe apasionarnos es el hecho de que Cristo reina y que Cristo reinará por siempre. Aunque el diablo es el “dios de este siglo” (2 Co. 4:4), es el Señor quien gobierna soberanamente sobre él, sobre toda persona y sobre toda autoridad. Él un día será proclamado Rey de reyes aquí en este mundo (Ap. 19:16), pero Él ya es el Rey de Israel (Isa. 44:6). Él ya es el Rey de todos los reinos (Isa. 37:16). Él ya es el Rey de reyes (1 Tim. 6:15). Él ya es el Rey sobre toda la tierra (Sal. 45:7). Él ya es el Rey de los siglos (1 Tim. 1:17).

Según el salmo número 93, Él reina: actualmente (v.1), continuamente (v.1), magníficamente (v.1), poderosamente (v.1), soberanamente (v.1), firmemente (v.2), eternamente (v.2), sublimemente (v.3, 4), establemente (v.5), santamente (v.5) e interminablemente (v.5). ¡Qué Rey gobierna sobre nosotros! ¡Qué Rey nos regirá eternamente y para siempre!

Confía en este Rey. Vive para el reino de este Rey. Espera la gloriosa venida de este Rey.

Pensamos más humanísticamente de lo que nos imaginamos

El humanismo del mal llamado Renacimiento, está más presente en la iglesia de lo que quisiéramos aceptar. Este movimiento filosófico y cultural que prioriza la razón por encima de la fe, ha dañado nuestra forma de pensar. El humanismo nos hace pensar tan contrariamente a la sabiduría de Dios porque se enfoca primordialmente en el hombre siendo el centro del universo. Al humanismo lo que más le interesa es recalcar el antropocentrismo, lo cual busca enseñar que es el ser humano la medida y el centro de todas las cosas. El humanista detesta la idea que Cristo sea el Rey del universo y que todos nos debemos a Él.

Aunque sea difícil aceptarlo, esta es una ideología creíble si no se analizan las cosas cuidadosamente, porque presenta premisas de una manera llamativa. Profesa estar en la pugna por la afirmación de la dignidad de los individuos en una sociedad. Garantiza la autonomía, la libertad y la capacidad de transformación a todas las personas por igual.

Suena bien, ¿no? ¡No! No suena bien, porque recuerda que el afán más importante del humanismo es desplazar a Dios y que el hombre se enfoque en sí mismo.

Como miembros del cuerpo del Señor Jesús, no podemos permitir que seamos engañados. No olvidemos que la mente carnal está en enemistad con Dios (Rom. 8:7). No dejemos de ver lo perverso que es el hecho de que el hombre natural piensa completamente contrario a la voluntad del Dios que todo lo sabe. Según Isaías 5:20, “a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo… hacen de la luz tinieblas, de las tinieblas luz… ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo”. ¿Qué hacemos pensando como ellos?

¿Aún no crees que somos afectados por el humanismo? Piensa en las siguientes interrogativas y lo que ellas revelan acerca de nosotros. ¿Crees que es un avance social el hecho de que mujeres gobiernen? Eso es pensar humanísticamente. ¿Crees que es loable que personas ignorantes e irresponsables, que no contribuyen nada a una sociedad, tengan el derecho a votar? Eso es pensar humanísticamente. ¿Te preocupas cuando hay elecciones al sentir incertidumbre acerca de tu futuro? Eso es pensar humanísticamente. ¿Piensas que Dios nos necesita para poner en el poder al que Él quiere? Eso es pensar humanísticamente. ¿Consideras que el mundo está progresando y prosperando? Eso es pensar humanísticamente. ¿Ves con mejores ojos una nación que prospera, pero que es secular? Eso es pensar humanísticamente. ¿Defiendes a la democracia como el mejor sistema de gobierno que puede haber? Eso es pensar humanísticamente.

No nos engañemos. Nuestra amistad con el mundo y nuestra enemistad con Dios (Stg. 4:4) es un problema más serio de lo que estaríamos dispuestos en aceptar. Creemos tener la mente de Cristo (Fil. 2:5), cuando realmente tenemos la mente de hombres humanistas como Giovanni Pico della Mirandola, Tomás Moro, Bertrand Russell y Karl Marx.

Imagen de Element5 Digital

La democracia es un sistema fallido

¿Por qué pensamos que la democracia es la gran cosa? Hermanos, la democracia no es sino el resultado de la forma de pensar de hombres que no conocían a Dios y que detestaban al Señor. ¿Cómo podemos exaltar un sistema político establecido por personas egocéntricas y paganas de Atenas hace varios siglos? ¿Dónde encuentras la democracia como forma de gobierno en tu Biblia?

Las Escrituras hacen ver que hay una sola forma de gobierno en la que las personas viven dignamente y en el que Dios es altamente reverenciado. Es lo que conocemos por teocracia. En esta forma de gobernar, es el Señor de la tierra el que gobierna y el que tiene el poder. Esto comenzó con Adán en el huerto del Edén, después lo vemos con la nación de Israel y lo veremos en el maravilloso reino de Cristo Jesús. La democracia no puede ser nunca comparada con la teocracia. De hecho, cualquier parecido a la democracia en la Biblia es condenado. Fíjate en lo que Dios hizo con aquellos en Israel que quisieron oponerse a Moisés y Aarón.

Considera también otras vulnerabilidades muy patentes que tiene la democracia.

1) El poder lo tienen las masas, la cual está compuesta por personas que en su gran mayoría no conocen al Señor, no son guiados por el Espíritu y no adquieren la sabiduría de Dios a través de Su palabra.

2) Para que líderes lleguen al poder y mantengan el poder, en la gran mayoría de ocasiones, deben actuar engañosamente y corruptamente. No se elige a alguien que sea conforme al corazón de Dios, sino se elige a quien desee el mayor número en una sociedad y el que tenga el poder del convencimiento sobre las multitudes.

3) Los que pertenecen a una democracia creen que es grandioso tener esa forma de gobierno porque tienen libertad de expresión. Pueden pensar, hablar y adorar libremente. Esto no es conforme a los propósitos de Dios. El Juez de toda la tierra señala que las personas no pueden pensar como quieran, no pueden hablar como quieran y no pueden adorar como quieran. ¿Te fijas? La democracia le da derechos a una nación que Dios no le otorga a los seres humanos.

4) La moralidad que regirá a un país no es de acuerdo a las leyes morales de Dios, sino que se basa en el raciocinio perverso de la población y de los que están en autoridad.

5) Pensando de manera muy práctica en el bienestar y en la estabilidad de una sociedad, ¿cómo pueden haber impactos notables sobre una población, cuando una persona distinta toma el poder después de unos pocos años?

Hay varios puntos más que pudieran ser analizados. Pero con estos bastan para concluir que la democracia es un sistema anti-Dios, y que por lo tanto es un sistema fallido.

La mayoría de los gobernantes son seducidos por el maligno

¿Por qué hay tantos supuestos cristianos que no pueden ver lo diabólico que son la gran mayoría que quieren gobernar o que ya gobiernan? ¿Cómo es posible que discípulos del Salvador del mundo sigan ciegamente a una persona que claramente promueve ideologías que están en conflicto directo con la palabra infalible e inerrante de Dios? ¿Qué haces pensando en la posibilidad de votar por alguien cuando la gran mayoría de candidatos actúan bajo la fuerza maligna de Satanás?

¡Abramos los ojos! Es el diablo y la maldad que motivan a casi todo político en estos tiempos. ¡Veamos nuestro entorno y regulemos las decisiones que tomamos en base a la Biblia!

¿Estás pensando en votar por una mujer? La palabra autoritaria de Dios hace ver que cuando una mujer gobierna, esto no es señal de que estamos en una nación progresista, sino que estamos en un país bajo el castigo de Dios (Isa. 3:12). Esto no tiene nada que ver con ser misóginos o machistas. Sencillamente no es el lugar que Dios le ha dado a la mujer. Nunca ha sido y nunca será correcto que la mujer ejerza autoridad sobre el hombre en el matrimonio, en la iglesia y en la sociedad.

¡Despierta y mira lo depravado que es el feminismo! Este espíritu diabólico sí nos está impactando. Hermanas piensan que hacen bien en salir a trabajar y al no criar a sus hijos o al evitar tenerlos. Hermanas piensan que pueden ejercer su dominio en la iglesia del Señor. Más y más nos estamos acercando a pensar que sería algo positivo que nos gobierne una presidenta.

Por otro lado, ¿cómo puedes votar por alguien que promueva políticas como el aborto, la igualdad de género, el matrimonio igualitario, el transgenerismo y la reasignación de género para niños? Si tu apoyas a alguien que está de acuerdo con estas cosas, no es posible que seas realmente un hijo de Dios. Es imposible que haya compañerismo entre la justicia y la injusticia; ni que haya comunión entre la luz con la tinieblas; ni que haya concordia entre Cristo y Belial; ni que haya acuerdo entre el creyente y el incrédulo (2 Co. 6:14, 15). Alguien que conscientemente vota por alguien que avale estas cuestiones nefastas, tendría que ser disciplinado de alguna manera por la iglesia. Este comportamiento no puede ser tolerado en la casa del Señor.

De igual manera, ¿cómo puedes votar por un político que sea socialista? ¿Cómo puedes desear vivir en un socialismo que quita a Dios para hacer al gobierno el dios de una sociedad? ¿Cómo puedes apoyar a alguien que entregue todo el dinero a personas que rehúsan trabajar, cuando la Biblia habla de la dignidad que tiene el trabajo? ¿Cómo puedes votar por alguien que busque legislar con leyes que se enfoquen en el cambio climático, siendo una ideología falsa y satánica? ¿Cómo puedes estar de acuerdo con gobernantes que predican supuestos valores woke y de justicia social al convencer a las personas que existen grandes desigualdades entre lo géneros y las razas?

No podemos seguir siendo tan ciegos al hecho de que es el Príncipe de la potestad del aire que está motivando a la mayoría de los candidatos y políticos.

Imagen de Colin Lloyd

La Biblia nunca anima al cristiano a participar en la política

Lo único que Dios le pidió a los cristianos del primer siglo, en cuanto a las autoridades terrenales, fue orar por ellos (1 Tim. 2:1, 2) y sujetarse a ellos (Tit. 3:1). No hay ninguna mención de que Dios quería que ellos se involucraran con el gobierno, ya sea negativamente o positivamente. Solo se les pidió que oraran y que obedecieran.

¿No pudiera esto indicarnos que el cristiano debe evitar participar en el gobierno de una comunidad o participar en las elecciones de un dirigente?

Nosotros en la actualidad necesitamos comprender que el impacto más efectivo que hay sobre la sociedad en la que estamos, no es a través de un gobierno, sino por medio del poderoso evangelio de nuestro Dios. El curso de la humanidad va en continuo declive. No hay persona alguna que pueda revertir la condición moral de este mundo. Todo está destinado para que volvamos a vivir en un mundo tan torcido como el de Noé, entonces Cristo vendrá por segunda vez, y este mundo será destruido (Mt. 24:37, 38; 2 Pe. 3:7).

Pongamos nuestro enfoque en lo que Dios sí espera de nosotros. Él sí nos llama a esparcir el evangelio. Él sí nos pide que seamos luz en medio de las tinieblas. Él sí nos pide que confiemos únicamente en Él en todo momento. Él sí nos pide que añoremos el reino venidero de Su Hijo

Sé un buen ciudadano. Sé honorable. Sé respetuoso. Pero no votes. No te intereses tanto en los asuntos políticos. No sigas al hombre. No busques transformar tu entorno con un sistema fallido compuesto por personas tan falibles y depravadas. Deja que el mundo tan falto de toda esperanza hagan lo que quieran. Sobre todas las cosas, déjalo todo en el Dios que opera, controla y dirige todos los asuntos de este universo.

Si esto te cuesta que amigos o familiares te den la espalda, sufre eso por el nombre de Cristo. Si esto te cuesta perder tu empleo, padece eso para la gloria de Cristo.

Dios te ayude a ser sabio en estos tiempos tan oscuros. Tu Salvador te tiene aquí en este tiempo, porque este es tu tiempo para brillar para Él.

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