Debate: cotejo de propuestas e historiales.
Por Inocencio Yáñez Vicencio.
Sería una incongruencia de mi parte que habiendo trabajado siempre porque las candidaturas en mi partido se decidan en la discusión abierta de los méritos y fallas de cada aspirante, ahora salga con la marranada de que nada de cotejar la biografía política de los contendientes. No, por eso estamos como estamos, con partidos sin credibilidad. Eso es lo que rechaza la sociedad. Rechaza la cultura del pasillo, del padrinazgo, del dedazo, de la línea, de la unidad monolítica que suplanta la unidad dw divergencias, la disciplina vertical, lo oscurito, que facciones o iluminados sustituyan a los órganos de gobierno, que las reglas sean reeplazadas por una voluntad general expropiada por un capataz…lo que sin duda flagela no sólo a los partidos rechazados por el electorado en el 2018 sino también a quien llegó a la Presidencia ofreciendo nuevas prácticas políticas y hoy es presa de su desprecio por la institucionalidad, que al quedarse en movimiento y no cuajar como partido, en el pecado lleva la penitencia, pero, desde luego, esta crisis de institucionalidad se refleja más en los opositores que en los gobernantes, porque
el triunfo da legitimidad, pero esa legitimidad de origen se evapora si no hay buenos resultados, si no hay legitimidad de ejercicio.
Desde luego no faltan vividores de la política, que se curan en salud, por el temor que en un debate donde se cotejen propuestas e historias de aspirantes, les saquen sus trapitos, pero la confrontación de aspirantes se trata de eso: de saber lo que piensa una persona sobre los grandes problemas nacionales y las soluciones que propone, pero también de su calidad moral, porque un doble cara, ya sabemos que nos va a engañar. Dijera Carlos Castilo Peraza: si una humilde trabajadora doméstica le pedimos cartas de recomendación, con mucho más razón debemos hacerlo con quien aspira a un cargo público.
Con el pretexto de Frente Amplio, Alianza Electoral, Bloque Legilativo, Coalición de Gobierno, vividores hacen referencia a estas figuras, si ni siquiera hacer distinción de ellas, metiéndolas en un casillero, sin ningún ápice de vergüenza, para justificar su transfugismo y su oportunismo, porque como ratas, al creer que su barco se hunde, huyen a otro. Lo curioso es que presumen de muy valientes y ni siquiera tienen el valor de tomar partido. Basta de bravuconerías y baladronadas, la política empieza cuando se toma partido.
La alianza opositora surge en este caso porque están en riesgo las instituciones republicanas y las reglas democráticas. Sobre dos puntos gira el FAM. Lo que no obliga a ningún partido que lo integra a renunciar a su ideología y a su cultura política.
Cada partido tiene su proyecto de nación. Coinciden en que han escogido la vía política para realizarlo, lo que que quiere que se comprometen a hacerlo por medios pacíficos, legales, electorales y no por vias violentas o de una guerea civil prácticas que nieguen los valores de la política. La política, se de foro o de mando, es la forma para llevar a acabo las acciones que súbita o gradualmente concreten un programa y las demandas sociales son lo que nos realaciona con otros para alcanzar las metas comunes. Coincidir en la defensa de la política, de la vía escogida para realizar un proyecto, no quiere decir coincidir que se compartan proyectos. Cuando las imstituciones políticas están amenazadas por una banda o un individuo que quiere retrocedernos a los tiempos no constituidos, a los tiempos en que las propiedades del poder derivaban de la persona, es inaplazable la unión de todos los partidarios de que sean las votaciones las que digan quién tiene el titulo para gobernar, pero las potestades de mando vienen de la función, de la Constitución y esa unión es para defender el andamiaje que precisamente permita construir alternativas de poder pero también de nación. Tal vez halla quien no sea capaz de leer más de un meme, pero ese problema no es culpa de quienes desarrollamos una idea. Nuestro deber es someternos al escrutinio público, sabiendo que algunos compartirán nustras aseveraciones y otros no, lo importante que nos digan, quienes discrepan, los puntos que objetan, para documentar y abundar en las repuestas. Les recuerdo que generslizar es exonerar y no creo que sea lo que pretendan los que sufren de escozor cada vez que se atreven a leerme.
El triunfo de Beatriz Paredes, en el Foro Regional de Durango, el día de ayer jueves, sobre sus rivales, es un triunfo político pero también ético. Político porque nos recordó que la política nace en el Ágora y al debatir, discutir, haciendo público lo público, rinde homenaje a sus fundadores y contribuye al rescate de sus mejores tradiciones. Es ética porque la valiente tlaxcalteca es congruente con su concepción de una política transparente, que no puede hacer concesiones ni a quienes desde el poder destruyen la nación, pero tampoco pueden hacerse concesiones con quienes aspiran a reemplazar una administración con lo mismo: con mentadas, ocurrencias y tratos en lo oscurito. Claro. Eso sólo lo puede hacer, como decía nuestro paisano Diaz Mirón, cuando se cruza el pantano sin mancharse y Beatriz Paredes, puede hacerlo porque su historial es limpio y de profundo compromiso con las mejores causas de este país.
Para enfrentar a un gobierno que ha hecho del Ejército mexicano su ejército, que ha creado una Guardia Nacional, que es una guardia pretoriana, que la presume, con uniforme y todo, en los actos de Morena, que en el 2021 ya dio muestra del papel reservado que tiene el narco en las elecciones, en pago a los abrazos que ha recibido, que tiene a sus servidores de la Nación, que tiene a sus brigadas, que a los Pancho Villa, que tiene a las Asamblea de Barrios, que tiene a los vándalos que formó Antonio Attoline, especializados en reventar mítines de sus contrincantes, que tiene a los ambulantes, que tiene a los vagoneros del Metro, que tiene a los vándalos de sus escuelas, que tiene la burocracia de sus estados, que tiene todos los recursos oficiales donde es gobierno, que tiene las Mañaneras, que tiene los Programas Sociales, que tiene en sus manos el Consejo del INE… y no obstante muchos insisten en ponerle enfrenta como candidata a la peor, a quien no tiene más que mentadas y ocurrencias. Nunca he visto que a un fortachón lo enfrente con éxito un famélico. ¿ De qué se trata? De ponerle a Morena una candidata para que se entretenga. Esa si que es una traición.
Sacar a como de lugar a Xochitl, como candidata del Frente, no solamente es aberrante, porque si es frentista, debía condensar las fuerzas que lo integran y Xochitl, representa a las corrientes más oscurantistas y lideradas por el partido de Genaro García Luna, manchada por sus contratos con el gobierno de Morena, que lo único que tiene que ofrecer es más de lo mismo: populismo y un gobierno de puro folklore, al servicio de las cúpulas patronales y confesionales.
Para enfrentar la maquinaria de Morena, tiene que hacerse con lo mejor de las fuerzas de la oposición, con una persona que no esté cubierta por la sombra de la sospecha de hacer negocios con Amlo, que bien sabemos que no le da contratos a quien no se le somete, que tenga capacidad para gobernar, que respete la ley y sepamos que entre popularidad y visión de Estado, pensará en el futuro y en la nación y esa persona, en este momento es Beatriz Paredes.
Luchamos porque Beatriz Paredes sea la candidata del Frente, porque sabemos que con ella le ofreceremos al electorado una alternativa al gobierno que tenemos, una oportunidad para que los apoyos sociales lleguen como reconocimiento a un derecho y no como limosnas clientelares, porque nuestro Ejército volverá a ser brazo de la nación, porque el poder político no surgirá más de la ocurrencia sino de la Constitución…
Ofenden al pueblo los que impulsan a Xochitl, porqué no tenemos como destino el populismo. El populismo no se combate con más populismo. Esta lucha no es un juego, por más que algunos lo crean así, esperando figurar en alguna nomina. La República vale más que treinta monedas. Se hace política- y eso lo dice el mismo Weber- cuando se sirve a un ideal. Servir al dinero no es cosa de la política sino de mercaderes. Se gane o se pierda, siempre será un honor no desnaturalizar la política, finalmente, ella nada tiene que ver con charlatenes .