DE PRIMERA MANO TAJÍN
Apertura en la UV
*Panistas en la Facultad de Derecho
*Éxito de Eufrosina Cruz
*“Los sueños de la niña de la Montaña”, sueños y vivencias
*Lorena Piñón destaca el trabajo de Eufro
Por Omar Zúñiga
Ayer estuvo en tierras xalapeñas, la diputada federal de Oaxaca de origen zapoteco Eufrosina Cruz, cuyo nombre seguramente no le dirá mayor cosa a usted que me favorece con su lectura.
Pues bien, Eufrosina fue diputada local por su natal estado y además presidenta de la Mesa Directiva, intentó ser presidenta municipal de su pueblo, Santa María Quiegolani, uno de los 418 municipios que se rigen por el método de Usos y Costumbres (en total hay 570) y no lo logró, pero sembró la semilla para la emancipación de Quiegolani, para que hombres y mujeres pudieran tener igualdad de condiciones, de derechos, que hace apenas 15 años no existían.
Ella también es autora de “Los sueños de la niña de la Montaña”, cuya obra fue presentada con un éxito rotundo…, el escenario: el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana.
Independientemente del éxito del evento (que lo fue), llama poderosamente la atención y para bien, la apertura que muestra la Universidad Veracruzana, pues se tuvo el respaldo irrestricto de una gran mujer, académica, en la persona de Bertha Alicia Ramírez Arce, coordinadora del Seminario de Derechos Indígenas de la Facultad de Derecho.
Esposa de José Luis Cuevas Gayosso, quien además de haber sido candidato del exgobernador Miguel Angel Yunes Linares a magistrado del TSJEV también aspiró a la Rectoría de la UV impulsado por el mismo grupo, Bertha Alicia tuvo una convocatoria extraordinaria.
Alumnos, invitados especiales, entre ellos una de las presentadoras Monserrat Ortega (exdiputada local, esposa de Pepe Mancha expresidente del PAN Veracruz), destacados académicos se dieron cita en el Aula Magna, que (comentario al calce, la Facultad, cerrada por la pandemia, fue abierta exprofeso para este evento) dan una muestra de la apertura y la pluralidad de la Máxima Casa de Estudios, cm tan destacados panistas presentes y apoyando. ¡Bien por la maestra Bertha Alicia!
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Luego de este breve preámbulo, Lorena Piñón, compañera de Eufrosina Cruz, y quien coordinó la gira veracruzana (antes estuvo en Orizaba), destacó el papel de Eufro, como cariñosamente le llama, en la defensa de los derechos de los pueblos indígenas, de los derechos de la infancia, del derecho a la educación, de una niña que los 12 años se rebeló para salir de su entorno. Bien por Lorena que sigue dando de qué hablar a pesar de los pesares.
De vuelta a la presentación, Eufrosina Cruz recalca, con dedo flamígero, que la “educación es el elemento más poderoso en la vida, pero que esa misma educación tuvo que arrebatársela a la vida, por derecho propio”.
La legisladora, ágil, de sangre ligera, bilingüe, orgullosa de sus raíces zapotecas, pero al mismo tiempo convencida, recia, segura y con gran facilidad de palabra, de repente se confunde con una alvaradeña que suelta madres a diestra y siniestra, sin caer en lo vulgar, pero justificada porque así aprendió… “hay que chingar para que no te chinguen”, sostiene convencida, quien a los 12 años lloró en su cama, bajo las cobijas, porque “papá ya había encontrado con quien casarla, para que a los 13 tuviera su primer hijo” o, como su hermana, tuviera nueve chamacos a sus 31 años.
Ella misma que a esa tierna edad se rebeló y creyó en su maestro Joaquín, quien le sembró la semilla de los sueños, un hombre que venía de otra parte, de una ciudad lejos, “que olía bonito”, de un entorno diferente.
Esa semilla que dio frutos a punta de madrazos, que tuvo que salir de su entorno, de su pueblo, de estudiar y trabajar al mismo tiempo, que, como muchos, miles de estudiantes, pasan hambres y deben decidir entre comer o ir a la escuela y ella decidió, “porque el hambre pasa, pero los sueños perduran”.
Egresada de la licenciatura en Contaduría por la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, Eufrosina conecta con al gente, empática llega a las fibras más sensibles de su auditorio con su charla amena, que parece sacada de un libro…, de su libro…, de sus vivencias.
De ella que en un momento se cuestionó el “porqué debía ella, como su madre y hermana, levantarse primero, a las 3:00 de la mañana y ser la última en dormirse, sólo para atender a los hermanos, a papá, a los hombres de la casa”, y salió a mostrar su orgullo de ser mujer y ser indígena, que lucha por las lenguas originales de nuestro país, que impulsó la iniciativa que hoy penaliza el matrimonio infantil como delito grave y que se castiga con cárcel.
Mujer que cree en la corresponsabilidad, no en los subsidios que fomentan la huevonería. “Hay que dar para recibir”.
Que cree en la libre decisión, en el libre albedrío, que es feminista 100 por ciento, pero nunca de esos feminismos malentendidos, que agreden, que violentan.
Que nació y creció en un pueblo de la Montaña oaxaqueña que se rige por usos y costumbres, pero “que vulneran derechos humanos y que no deben seguir”.
Eufrosina Cruz, la diputada federal, la mujer que lucha por los derechos infantiles, de las mujeres, por los derechos humanos, la activista…la niña de la montaña que soñó con salir de su pueblo y que hoy su historia podría ser contada en el cine a través de streaming, para seguir soñando…
¡Qué barbaridad!