Contrapunto

OPINION

Víctor Murguía

Gobernar a macanazos, a balazos y encarcelando

Gobernar un estado como Veracruz es complicado, difícil y los servidores públicos capaces, experimentados y con sentido común cada vez escasean más.
Así que ante la falta de capacidad, inteligencia y experiencia en los últimos años vimos a funcionarios empleando la represión como fórmula para resolver los conflictos.
Macanazos, balazos, encarcelamientos y amenazas fueron los recursos de los que echaron mano.
Las consecuencias aún se pagan. Ahí está el caso de Sayula, donde la alcaldesa Lorena Sánchez Vargas terminará sola en el Ayuntamiento pues ya solicitaron licencia todos los demás ediles.
De esto sabe bastante el exsecretario de Gobierno, Patrocinio Cisneros, quien enredó los problemas hasta hacer reventar al Ayuntamiento.
Lo mismo provocó en Lerdo de Tejada. Ahí, el alcalde Fabián Cárdenas fue encarcelado por una lucha de poder entre Patrocinio y el entonces diputado que influía en casi todo el sur de Veracruz. Tres años fue encarcelado y pudo retomar su puesto hasta que se fueron los del gobierno pasado.
Ahora vemos que siguen empeñados en mantener encarcelado a Rogelio Franco, quien fue secretario de Gobierno con Miguel Ángel Yunes Linares .
Once acusaciones han sido tiradas una por una y siguen obsesionados en tenerlo en la cárcel, lo que no solo es una clara muestra de represión sino que exhibe descarnadamente la forma en que opera la Fiscalía General del Estado, a cargo de Verónica Hernández Giadáns: la ley es lo que menos interesa.
Golpeando, encarcelado, a balazos y con amenazas se pueden obtener resultados, pero a la larga se pagan las consecuencias.

EL RESPETO GANADO POR GUILLERMO ZÚÑIGA
Como maestro, funcionario y político dejó buena huella. Xalapeño de nacimiento, Guillermo Zúñiga Martínez empezó a destacar desde joven, primero en la oratoria, después en el periodismo y de ahí en el servicio público y en la política.
Acaban de cumplirse diez años de su fallecimiento y un gran número de personas, por todo Veracruz, lo recuerdan con cariño, admiración o respeto, cuestión que pocos políticos logran, pues envueltos en la soberbia, muchos se alejan de la gente y, subidos en un ladrillo, no voltean para abajo.
Zúñiga estuvo a cargo, muy joven, de las páginas de Opinión de El Universal. Tras estudiar Derecho en la UNAM entró a trabajar a la Secretaría de Gobernación y después a la Presidencia, en ambos casos en el área jurídica.
Al iniciar la gubernatura de Rafael Hernández Ochoa fue nombrado secretario particular del gobernador y después lo designaron director de Educación Popular.
Posteriormente fue nombrado secretario de Educación y Cultura en el gobierno de Fernando Gutiérrez Barrios, cargo al que renunció para ser postulado, por el PRI, a la alcaldía de Xalapa, elección que ganó.
Después fue diputado federal y durante el gobierno de Patricio Chirinos coordinó a los diputados locales, presidió el Comité Estatal del PRI y fue nombrado nuevamente secretario de Educación.
Fidel Herrera lo ubicó como director del Instituto Veracruzano para la Educación de los Adultos (IVEA), un cargo menor para todo lo que había sido dentro de la función pública, pero no lo hizo menos, al contrario, engrandeció ese espacio.
Después, ya Javier Duarte gobernador, fue nombrado rector de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz (UPAV).
Es recordado su pleitazo político con el gobernador sustituto Dante Delgado Rannauro, cuando Zuñiga era alcalde de Xalapa y Dante lo traía a raya, no dándole recursos y queriendo su renuncia, cuestión que no consiguió, en parte por el respaldo que recibió por el entonces propietario y director de Diario de Xalapa, Don Rubén Pabello Acosta.
Hay otro pasaje de su vida poco conocido y que tuvo lugar durante la gubernatura del panuquense Patricio Chirinos.
Chirinos, muy cercano y uno de los principales asesores del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, maniobró para que su secretario de Gobierno, Miguel Ángel Yunes Linares,

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