
Contrapunto
Víctor Murguía
Candidatos y alcaldes al servicio del crimen organizado. Miedo, indiferencia y admiración
El gobierno debe dar golpes de autoridad antes de que el crimen organizado termine gobernando abiertamente.
A estas alturas, de cinco lustros para acá en que los cárteles han ido creciendo en poder, unos mexicanos viven en el miedo, otros cayeron en la indiferencia y unos más en la admiración hacia quienes solo deberían recibir condena.
Muy mal estamos cuando al partido en el poder, aquí en Veracruz, le matan a dos de sus candidatos (Coxquihui y Texistepec) y no pasa nada. Hay un detenido, pero en Texistepec y en la región sur saben que no ha sido atacado el problema de fondo.
¿En qué nivel de poder está el crimen organizado que sabe que no pasará gran cosa si matan a dos candidatos de Morena?
Y en qué nivel de corrupción estamos que se cuelan candidatos que no debieron serlo.
Muy mal estamos si agentes especiales de la Fiscalía General de la República (FGR) llegan a nuestro estado para realizar investigaciones sobre secuestros y son asesinados en una transitada calle de Boca del Río a plena luz del día y existe la sospecha de que fueron «puestos» por policías de Veracruz.
Muy mal estamos si criminales difunden un video, en el que terminan degollando a un hombre que antes de morir acusa a un candidato a alcalde de ser jefe de plaza de un cártel rival.
Muy mal estamos si para detener a dos alumnos de nivel bachillerato (en un Cobaev) en Álamo deben ingresar a la escuela elementos del Ejército, la Marina y de la policía, como informó alcalorpolitico.com. Uno escapó ¿pero qué tanto habían hecho esos jovencitos y qué peligro hacían correr a sus compañeros que tuvieron que intervenir, en una preparatoria, soldados, marinos y policías?
Y muy mal estamos cuando a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, quien gobierna la ciudad-estado más importante del país, le matan a su secretaria particular y a su asesor.
Por eso miles de veracruzanos y mexicanos viven atemorizados, pero otros viven en la indiferencia y unos más admiran a los delincuentes.
El crimen organizado, los cárteles, han penetrado no solo a a las policías municipales y estatales, sino que tienen a su servicio a militares, así como a fiscales y jueces.
También le ordenan a funcionarios de bajo, mediano y alto nivel, así como a diputados, alcaldes, gobernadores ¿y a presidentes de la República?
Eso no es todo. Desde hace tiempo imponen candidatos e incluso algunos quieren sentir el poder político y se postulan y, amenazando o matando, ganan las elecciones.
Con respecto a los presidentes municipales de Veracruz ¿cuántos crees, estimado lector, que actualmente están al servicio -por miedo o simple conveniencia- del crimen organizado? Más de los que podrías suponer.
¿Y del actual proceso electoral, cuántos crees que de los que andan en campaña tienen relación o directamente han sido impulsados por los cárteles? Igual, más de los que pudieras suponer.
El gobierno de la República y los gobiernos estatales, con la fuerza que les da representar al Estado, deben dar esos golpes de autoridad antes de que entremos a una situación peor a la muy mala que ya padecemos.
¿Pueden y tienen la fuerza y el poder?, sí. ¿ Quieren?, quien sabe.