Contrapunto

OPINION

Víctor Murguía

Entre más se exige cese de funcionarios, menos se van. ¿Quiénes se salvan?

Por los hechos violentos que han sacudido a Veracruz en los últimos meses y que en las últimas semanas han golpeado al proceso electoral, en diversos sectores reclaman la salida de funcionarios.
También se demandan cambios en otras áreas por las fallas evidentes.
¿Hará cambios en su gabinete la gobernadora Rocío Nahle una vez pasadas las elecciones, como creen que sucederá muchos que están al pendiente de la actividad política y de la actuación en el servicio público?
Hay una regla del poder que siguen al pie de la letra prácticamente todos los gobernantes, desde los alcaldes, pasando por los gobernadores y llegando a los presidentes.
Quien tiene el poder a veces acierta con los nombramientos de sus colaboradores, a veces falla. En otras ocasiones son los subordinados los que cometen yerros. ¿Y qué procede ante los errores, ineficiencias, incapacidades o actuaciones corruptas o frívolas que demeritan a todo un gobierno y hacen quedar mal ante el pueblo al jefe?
Pues proceden los ceses, si el error es grave o la falta de capacidad es muy marcada. También se aplica la salida decorosa que incluye el argumento de «por motivos de salud» o está el reacomodo que consiste enviar al funcionario a un cargo de menor importancia para que deje de causar daños.
¿Y qué hacen los gobernantes cuando se dan estos casos? Pues en su mayoría no están ciegos ni sordos y, además de los corajes, analizan la posibilidad de los cambios.
Pero en muchas ocasiones ocurre que la exigencia de los sectores de la sociedad, reflejada en la prensa, genera el efecto contrario al esperado.
Es decir, entre más se escuchen voces reclamando la salida de un funcionario, porque es inepto o corrupto, la mente de quien tiene el poder bloquea esa opción.
Yo mando y fulano, aunque ahora me doy cuenta que es torpe, corrupto o no sirve para lo que lo nombré, se irá cuando yo lo decida.
¿Por qué esas reacciones?, pues porque se desea no mostrar debilidad o se quiere ocultar lo inocultable: la equivocación al extender el nombramiento a quien no tenía la capacidad para desempeñarlo.
Así las cosas, ahora que se escuchan múltiples voces demandando sean quitados de sus puestos diversos funcionarios ¿cómo crees, lector, que reaccione la Gobernadora?
No forma parte del gabinete, pero llueven los reclamos para que Esteban Ramírez Zepeta deje la dirigencia de Morena tras la selección de candidatos cuestionados, frivolidades fatales y múltiples acusaciones.
Lo mismo sucede con la fiscala Verónica Hernández Giadáns, quien si realizara bien su trabajo, estuviera concentrada en procurar justicia y su lealtad al menos fuera institucional desde hace tiempo estuvieran encarcelados varios «personajes» que ahora son señalados de estar atrás de los crímenes que a últimas fechas han sacudido a Veracruz.
El secretario de Seguridad Pública, Alfonso Reyes Garcés, no ha terminado de acomodarse en su asiento y la delincuencia sigue en su fiesta.
La secretaria de Educación, Claudia Tello, tampoco termina de acomodarse y ayer dio otra muestra al no prevenir una «salida» ante el hecho de que en la ceremonia para festejar a los maestros no habría las medallas que tradicionalmente se entregan a los profesores con 40 años de antigüedad. El resultado fue el reclamo magisterial que tuvo que escuchar Nahle. Y hay más.
¿Qué decisión tomará la Gobernadora?

Please follow and like us: