BARRA LIBRE.
Alfredo Quezada Hernández
EN PEROTE, NORMA ROCÍO INICIA CON ACARREOS.
Vaya forma de empezar su peregrinar electoral de la zacatecana por tierras veracruzanas. De caminar ya enfundada como Coordinadora, porque por la libre tiene años que ha venido transitando para lograr su ambición.
Esta vez fue en el pujante municipio de Perote, tierra de recalcitrantes políticos priistas, donde dio comienzo el carnaval, comarca donde, de entrada, no se logró llenar el espacio destinado para ello. Los organizadores, o el organizador, ese trapecista político, no mostraron oficio y optaron por lo fácil, acarrear mujeres de todos lados, menos de Perote.
La reunión no fue otra cosa que una verdadera pasarela de féminas enjoyadas, perfumadas, de mujeres FiFI, las mismas caras de siempre, las clásicas sonrisas fingidas y el imperante protagonismo por aparecer en la foto junto a la zacatecana. Pero nada esencial que aportar, únicamente la apariencia, el relleno.
Esta cuota de género, aquí en Veracruz, le puede salir muy cara al tabasqueño, una imposición de tal naturaleza asombra, de allí que surge la pregunta, ¿porque tanta necedad en imponer a una fuereña?
Curiosamente las dos mujeres que pierden la encuesta, ahora, gracias a esta figura electoral, encabezan la coordinación en dos entidades claves debido al número de electores.
En la Ciudad de México, el tabasqueño le propina tremenda bofetada a la Dra. Sheinbaum Pardo al negarle la llegada a su alfil, Omar García.
Y en Veracruz, el López de palacio nacional le cumple el capricho a la oriunda de Río Grande, Zacatecas aun valiéndole madre que no es aceptada por los veracruzanos. Lo anterior sin mencionar los pésimos resultados, para los mexicanos, entregados en la refinería Olmeca.
Por lo que se aprecia el acarreo seguirá siendo el común denominador en los actos proselitistas que encabece la zacatecana.
La falta de liderazgo y el nulo trabajo hacia las bases morenas no le habrán de permitir a la zacatecana encontrarse verdaderamente con el electorado veracruzano, todo será paja, relleno y tramoya.
Sus actos habrán de lucir desangelados, opacos y desiertos. Pura mampara y luces artificiales, todo al fiel estilo del tal Esteban Ramírez Zepeta.
Días difíciles y de enojo le esperan a la zacatecana, arduas jornadas remando contra corriente y todo gracias al valemadrismo de la dirigencia estatal de su partido.
Los únicos ganones quizá sean los transportistas, y decíamos quizá porque estos chairos quieren todo de a grapas, de gañote. Son miserables.
Ahora a ver que cuentas entrega, o que pretextos argumenta, el diputadito ese que, pretendiendo lucirse, resultó ser un fiasco junto con su «reunión».
Y así quiere repetir, según cuentan sus allegados, como alcalde.
Con este magno evento, seguramente ya tiene la bendición, para la municipal, de la zacatecana
Provecho.