Ni Profepa ni PEMA frenan la tala clandestina en el Rancho Las Palomas, afectaciones al medio ambiente es grave
• Habitantes del predio han presentado las denuncias correspondientes, pero sus autoridades no intervienen, acusan.
Irineo Pérez Melo.- Perote, Ver.- Pese a las denuncias interpuestas ante las Procuradurías Federal y Estatal de Protección al Medio Ambiente, los responsables de estas dependencias nada han hecho por frenar la tala clandestina que se está presentando en el predio de Las Palomas, de esta demarcación municipal, desde el 2018 y que actualmente se ha agudizado este problema.
Eduardo Durán Ortega, guarda bosques y productor de árboles, hizo un llamado a las autoridades estatales y de la Comisión Nacional Forestal para que intervengan en la zona y detengan la tala clandestina, pues de lo contrario sus efectos devastadores afectarán gravemente el entorno ecológico de la región, sobre todo para la captación de agua que se surte a la capital del estado y varias poblaciones aledañas.
En entrevista, el silvicultor mencionó que están afectando severamente las plantaciones que allí se tienen e incluso ocasionaron un incendio en la zona que puso en peligro a los habitantes y a sus nuevas plantaciones.
“La parte donde talaron provocaron un incendio, afortunadamente lo paramos a tiempo para que no dañaran nuestras plantaciones nuevas”, refiere el entrevistado.
Exhortó a las autoridades competentes a que pongan más cuidado con la instalación de aserraderos que se tienen en la región y se investigue de dónde les están surtiendo la madera para venderla.
Mencionó que el problema de tala clandestina y robó de madera se está presentando del municipio de Perote hacia la zona de Las Vigas y comentó que tan solo la comunidad donde ellos se vieron afectados 10 hectáreas donde les robaron su madera.
“Aquí nos talaron 10 hectáreas y 10 más de mi hermana, y los otros 10 de mi hermano; tenemos 30 hectáreas taladas en esta zona”, añadió.
Precisó que están talando árboles que ellos dejan como semilleros para que vuelvan a crecer y que el recurso no se termine, “pero ellos se los están robando de manera indiscriminada”.
Indicó que las pocas tres hectáreas que les quedaron las cuidan y protegen de incendios para no perder sus plantaciones y la vegetación en la zona no se pierda.
“Esto afecta a todo el entorno, no solamente a la comunidad; el hecho de talar es un atentado contra la naturaleza y el cambio climático, porque si se tala se debe hacer de manera adecuada, ordenada, sustentable y no indiscriminada, pero aquí no les importó nada, si aplastaban a otros árboles de renuevo”.
Subrayó que ellos como productores cuando talan utilizan una técnica especial a pesar de que se tardan más tiempo, pero lo hacen cuidando el entorno.
Finalmente, lamentaron que las autoridades de la PROFEPA no hayan hecho nada, a pesar de que ya interpusieron una demanda “como que tienen miedo de saber quiénes son los talamontes y nosotros tampoco podemos ser muy libres de denunciar porque sufrimos amenazas”, concluyó.