
La violencia y la corrupción siguen imperando en México: Arquidiócesis de Xalapa
• La pobreza de más de 30 millones de mexicanos, la falta de medicamentos y equipos médicos son indicativos que no se cumple con la misión de servir.
Irineo Pérez Melo.- La violencia imperante en muchas partes de México, la corrupción de muchas estructuras que deben servir al bien común la pobreza de más de 30 millones de mexicanos, la falta de medicamentos y equipos médicos en muchos hospitales son un indicativo de los límites y pobreza del corazón de cada ciudadano que no realiza ni cumple la misión de servir a los demás y a México.
Lo anterior se señala en el comunicado dominical emitido por la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa, en donde se destaca que la nación mexicana solo podrá salir adelante de tantas problemáticas solo y únicamente si cada ciudadano toma conciencia de que la acción transformadora es un regalo divino y una tarea humana por la paz y la justicia.
En el comunicado, signado por el presbítero Juan Beristaín de los Santos, sostiene que querer solucionar las problemáticas que aquejan a México sin la participación de cada mexicano y sin la promoción de la dignidad de cada ciudadano solo conducirá a falsas y engañosas promesas de desarrollo integral.
Las autoridades de todos los niveles y la sociedad en general deben caminar juntos para conseguir la paz y la justicia a lo largo y ancho de nuestra sociedad mexicana, refiere el documento.
Y acota: “Caminar solos y divididos es un signo negativo que no permitirá que México y Veracruz salgan adelante de todas las problemáticas que lastiman a cada ciudadano de esta gran nación mexicana”.
“La justicia y la paz son un don divino, pero también una tarea imperante y desgastante de todos los ciudadanos mexicanos”, se resalta.
Además, se aborda el pasaje bíblico en el que el evangelista San juan describe una escena (Jn 21, 1-19) donde Jesucristo resucitado pide a Pedro confiar en su palabra y realizar una acción concreta para que éste obtenga, junto con los demás apóstoles, una pesca abundante. Ésta representa la acción evangelizadora que Jesucristo encomendó y sigue confiando a Pedro y a toda la iglesia.
“Conseguir que todas las estructuras económicas, políticas sociales y culturales estén inspiradas por la vida nueva de Cristo, para la gloria de Dios, el bien de los demás y el cuidado del universo, es la tarea evangelizadora de la Iglesia de todos los tiempos”, se añade.
Finalmente, se expone que esta acción transformadora no solo es un don de Dios, sino también una tarea de cada ciudadano para conseguir condiciones de justicia, de paz y de desarrollo integral.