El presidente de México Andrés Manuel López Obrador es un mandatario muy «agresivo»
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador es un mandatario muy «agresivo» que ha roto con los cánones del discurso, así lo señaló el investigador de la Universidad Veracruzana, Alberto Olvera.
Durante el seminario de Estudios Políticos México-Francia, que imparte El Colegio de Veracruz (Colver), sostuvo que el mandatario nacional ha impuesto un régimen de subordinación y obediencia y aquellos que no lo aceptan están siendo descalificados, criticados o ignorados.
Criticó que el Poder Legislativo no debate nada, no hay espacio para la discusión y aprueba todas las leyes del Presidente.
«El Presidente ha creado un Estado paralelo al Estado formal a través de los superdelegados por una vía alterna no prevista en la ley. Lo que tenemos un mecanismo de subordinación de los poderes locales al Ejecutivo federal, de manera que tenemos la reconstrucción de la centralización presidencial del poder y este concepto en donde la agencia política le pertenece única y exclusivamente al Presidente, es lo que nos toca vivir», señaló.
Expresó que la violencia verbal en México no ha sido como la violencia verbal que el presidente de Francia, Emmanuel Macron ha usado, pero aquí Andrés Manuel sí ha tenido una violencia simbólica tan poco acostumbrada, agregó que el manejo de la pandemia en México ha sido más catastrófico que en Francia, por lo que seremos el segundo lugar a nivel mundial de muertes por Covid-19, toda vez que hay una pésima campaña de vacunación que seguramente llevará 2 o 3 años para concluir.
Dio a conocer que el año pasado se le destinó el 1.1 por ciento del PIB a atender la pandemia y el 1.4 por ciento para subsidiar a Pemex, es decir, el gobierno Federal asume 500 mil millones de la deuda de la empresa «zombie».
Asimismo, definió que el movimiento feminista en nuestro país es el más importante desde el punto de vista simbólico y político del momento que es atacado porque es un movimiento que no se «apiada» de la sumisión al poder que se vive en este régimen.
Lo mismo sucede con los colectivos de familiares de personas desaparecidas, que representan un movimiento en defensa de los derechos humanos y del derecho humano más básico, el derecho a la vida.
«Aquí no se les ataca, pero se les ignora, porque es grandísimo cruzado por una violencia criminal terrible. No se acepta su exigencia», sostuvo.
Finalmente comentó que lo mismo se puede decir de los movimientos indígenas que están resistiendo los proyectos como la construcción del Tren Maya, del Ferrocarril Interoceánico, la refinería Dos Bocas, en general de todas las megaobras de dudosa calidad.
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