
Los estertores del imperio y sus vasallos.
Por Inocencio Yáñez Vicencio.
Y de pronto descubren que la mano invisible es un mito, que es falso que el capitalismo se autorregule, que la competencia es sana, que el capital necesita una reserva para el mercado laboral, que la única libertad es la libertad negativa, la libertad de no invasión del espacio privado, que la racionalidad se mateializa con el dominio impersonal del derecho, que la soberanía está en la ley, que el Estado surge para garantizar los derechos de propiedad y realizar el derecho, que la soberanía no reside en el pueblo sino en el titular del Ejecutivo, que ya no se llama rey, ahora le llamamos presidente, que la voluntad general le abre pasó a la voluntad y capricho de un autócrata, que la formalidad del derecho es reemplazada por el humor del gobernante en turno, que nadie tiene derecho a hablar sino es para halagar a las autoridades, que la ley es para que la cumpla los ciudadanos comunes pero no los gobernantes, que la única verdad es la del grupo dominante, que haga lo que haga el gobernante, nunca será llevado a juicio, porque los jueces son sus jueces, que sólo hay paz para el que se somete, paz que termina en cuanto crítica y cuestiona lo público…
Bajo estás premisas el Emperador norteamericano decide unilateralmente quiénes son sus amigos y quiénes sus enemigos, intervenir en la economía, tomar los centros de abastecimiento de petróleo y demás materias primas, combatir la mano de obra que atrae su principal Polo de desarrollo, que no obstante que le produjo su mayor riqueza, hoy la persigue por el sólo hecho de que siente que se le salió de control, generando problemas en sus propias plantas, ya que al consumir su fuerza de trabajo local, que es más cara, la pondrá en desventaja para competir. Pasa por encima de su sistema federal, con tal de imponer sus ocurrencias, produce un presidente que desconoció las leyes en su intento de reelección inmediata e intentó un golpe de Estado, con lo cual, al volver a la presidencia acabó con la imagen de su país como paradigma de la libertad y la democracia, poniendo en cuestión su papel de policía de la democracia, que ya de por si era una farsa desde el momento que atacaba naciones insuficientemente democráticas más por no sujetarse a sus intereses, porque da la casualidad que valla ante naciones abiertamente autoritarias, si se le someten, evidenciando que lo que le importa es saquearlas.
El regreso al mercantilismo, al proteccionismo y al aislacionismo muestra claramente que en el marco de los mitos de las reglas autorregulatorias y de la competencia simulada, perdió la batalla con China y los países orientales. Que si en sus primeros años no necesito de las herramientas de la planificación y de la intervención del Estado, hoy quienes han utilizado esas herramientas, lo han arrinconado. La experiencia del 2007-8 exhibió las debilidades de los Estados Unidos, a tal grado que estuvo a punto de colapsarlo. Fue la rápida intervención del Estado lo que lo salvó. Mientras nos regimos por el patrón oro, hubo un poco de control, pero cuando la emisión de la moneda quedó a la confianza, Estados Unidos empezó a emitir tanto billete que hoy sólo respalda un diez por ciento de su moneda. Su respaldo es un ejército que pasó de un instrumento meramente militar a un instrumento del capital, está detrás de cada inversor gringo.
El problema mayor es que fabrican un sin número de atentados para justificar su dominio. No nos van a decir que su belicismo hoy es porque bajo las reglas de un Estado abstencionista y un libre mercado, ya perdieron con China y los países orientales. No buscan simplemente incendiar la pradera para recomponer el tablero. No están locos, locos lo volvió no encontrar solución a esta crisis que no es cíclica. La crisis está en la naturaleza y la lógica del capital. Necesita de nuevas herramientas para sobrevivir y quienes hoy gobiernan la Unión Americana, saben, más que otros, que utilizan los instrumentos de la planificación y la intervención del Estado o se hunden y en sus extremidades nos llevan. Esto no lo puede decir Claudio Sheinbaum, aunque muchas veces lo haya gritado en la calles, porque está tan asustada que se ha quedado sin voz propia, en estos momentos no le queda voz más que para la reverencia y la pleitesía.
Es peligroso, sumamente peligroso quedarnos atrapados en su narrativa, porque si así fuera, no seremos más que peones de un ajedrez ajeno.
En un libro sobre el capitalismo, que recientemente conseguí, titulado : El Estado y la Sociedad en Norteamérica, del alemán Charlotte Lutkens, de editorial Revista de Occidente, elaborado en 1929, pero publicado al español en 1931, en Madrid, el autor, reflexionando sobre cómo nos manipulan con su narrativa, nos dice: Pero una propaganda hábil e influyente puede producir, a veces, un cambio de ánimo por lo demás inadecuado a la opinión pública americana,una erupción jingoista, por ejemplo. Demuestralo evidentemente la narración de Pulitzer respecto a su conducta en la guerra hispanoamericana de 1898. Este hombre, dueño de New York World, y , con Heast , padre de la llamada Yellow press ( prensa sensacional) , había levantado mucho su periódico desde 1883, precisamente apelando al » hombre pequeño» y atacando continuamente la » aristocracia sucia» de los monopolistas y millonarios. En sus Memorias refiere, con el sosiego del gran negociante de entonces, a quien le es indiferente ganar su fortuna con camas, armas, predicaciones morales o patriotismo, que en 1898, de repente, convirtió su periódico en defensor de la tésis guerrera imperialista, porque esoeraba de una guerra y de la creciente necesidad de noticias un aumento de lectores. En este caso, pues, se ve muy claramente que una institución de propaganda no se hace defensora o intérprete de una indignación popular preexistente, sino que – por cálculo particular y sin el mejor interés en el asunto mismo- artificialmente se encendió una » opinión pública» contra España, en la cual pusieron basar su política los partidos económicamente interesados en Cuba, los exportadores de capitales, los azucareros. Junto al fomento de sus propias intereses comerciales, preparaba así la Prensa, con cálculo extraordinariamente hábil, el suelo en el cual la semilla del capitalista y la del político habían de madurar segura y rápidamente.
Cada día será más difícil desmontar la cascada de mentiras e infundios de la banda morenista. Todos sabemos que llegaron a la Presidencia asaltado las redes sociales con difamaciones y calumnias hacia sus adversarios, pero hoy utilizan la ley y el Estado para impedir que la oposición los critique. Bueno, Claudia, silencia hasta a los mismos morenistas, por miedo a que le echen a perder sus actos de sumisión ante Trump. Ayer, Raymundo Rica Palacio, habló de que no se sabía de una entrevista, que podría haber un encuentro. Advirtió de que si no se daba, sería un escándalo. Y miren. Hoy la presidente de los morenistas, sale a decir que no se canceló, que se pospuso. Qué necesidad. Ganas de hacer el ridículo. Lástima Margarito!
Provoca pena ajena. Por lo pronto, hay que prepararse para enfrentar el racimo de sandeces con que sus paleros y bufones nos tratarán de sepultar.
Mientras tanto hoy, como nunca, nuestros paisanos que han cruzado la frontera norte para darle su trabajo a los estadounidenses, tienen un gobierno que los defienda ni aquí ni en los foros internacionales, por haber renunciado a la soberanía y a la más mínima dignidad, que no tiene hacía fuera, pero que eso sí usa el garrote contra sus ciudadanos, sabiendo que ha destruido todos los contrapesos.