Sin tacto
Alito y los bancos
Por Sergio González Levet
Alito Moreno usó su colmillo político y refrescó en la Cámara de Diputados una iniciativa que habían presentado los morenos en 2019, cuando apenas empezaba el sexenio de López Obrador y estaban en la cima de las simpatías nacionales verdaderas.
La diputación morenista la había presentado y se trataba de prohibir a los bancos que operan en el país el cobro de comisiones por sus servicios a los clientes. En esa época, el monto de las comisiones que recibían los bancos era enorme, al grado tal que el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) reportaba que sus mayores ganancias internacionales las obtenía del total de las sucursales de nuestro país, y eso que los préstamos y otros servicios financieros estaban en su expresión mínima.
Con todo y la mayoría que tenían en el Congreso, los morenos tuvieron que dar marcha atrás a su propuesta, porque los poderosos banqueros se opusieron a dejar de cobrar sus jugosas comisiones y se enfrentaron directamente con el Gobierno de Andrés Manuel.
La cosa es que la Cuarta Transformación se vio obligada a recular en esa pretensión y sin hacer mucho ruido se retiró la iniciativa, con lo que los bancos siguieron cobrando sus altísimas comisiones casi hasta porque respiraran sus clientes: que si se hace un retiro, comisión; que si se solicita un saldo, comisión; que si se atrasa un pago; comisión y multa; que si no hay un saldo mínimo en una cuenta, comisión; que si pasa un año de una tarjeta, comisión… súmele usted hasta donde quiera, porque la lista de los cobros excedentes de los bancos a sus sufridos usuarios es más extensa que la letanía a la Virgen.
El negociazo siguió porque los cuatroteros bajaron la cerviz ante el poder de los banqueros, y todo quedó en las bravatas que echaron sin ningún resultado positivo para los ciudadanos.
Por eso ahora Alito Moreno y los priistas que le quedan han traído de nueva cuenta este tema, y desde la tribuna del Congreso lanzarán discursos que volverán a hacer enojar a los usuarios de los carísimos y pésimos servicios financieros de la banca mexicana, que sigue obteniendo ganancias fabulosas ante la complacencia del Gobierno que se dice de los pobres, y que permite que los manejadores del dinero los esquilmen sin ninguna gracia y sin dar cuartel.
Los diputados y senadores del partido oficial se verán así acorralados, porque existe la sospecha de que pactaron con los banqueros de algún modo, y les permiten por eso hacer de las suyas.
Cuántos votantes de 2018 y de 2024 se arrepentirán de haber apoyado al ahora partido hegemónico cuando entren a un banco, soliciten un crédito o utilicen una tarjeta de crédito o débito, y vean que son esquilmados sin ninguna autoridad que los defienda.