Sin tacto
¡“Me canso ganzo”!
Por Sergio González Levet
Allá por la década de los años 70 del siglo pasado, los jugadores mexicanos de frontenis eran tan buenos que en las competencias mundiales participaban de manera honoraria, porque ya tenían asegurado el primer lugar. Los otros países cometían por el segundo lugar y los subsecuentes, porque el primero nadie se lo reclamaba a México.
Bueno, pues a la alcaldesa de Tultitlán en el Estado de México, Ana María Castro Fernández, le puede suceder algo similar, porque en un concurso nacional de bobos podría participar sin jugar y ganaría el primer premio indiscutible. Bueno, ella o su equipo de asesores, si es que tiene. Y es que a la señora se le ocurrió toda una calamidad para echarla a andar en su municipio: cambiar el nombre a dos colonias, Fimesa I y Lomas del Parque II, y ponerles el muy rimbombante de “Cuarta Transformación”.
Pero no quedó la cosa ahí, porque en el colmo de la estulticia, fue mandada al cabildo de ese lugar la iniciativa para cambiarle el nombre a las calles y ponerles una nomenclatura que recuerde los mejores momentos de la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador.
Sí, es el colmo de la adoración hacia un personaje que navega con la bandera de sencillo pero que acepta todo tipo de homenajes, bajezas y humillaciones en favor suyo, sin importar lo serviles que puedan ser, como eso de que le besaban las manos y/o le pedían que intercediera ante el Altísimo, como si fuera la Virgen de Guadalupe.
Mire usted nadamás a las ocurrencias que llegó la flamantísima alcaldesa Ana María Castro Fernández (tomó posesión hace tres días), aceptadas por sus dos síndicos y sus 12 regidores, con los nombres de calles para la Colonia Cuarta Transformación: “La escuela es nuestra”, “Aeropuerto de Tulum”, “Pensión para adultos mayores”, “Becas Benito Juárez”, “Madres trabajadoras”, “Sembrando vida”, “Salario mínimo”, “Comedor comunitario”.
Sí, así se llaman ahora esas calles, que han producido un gran bullying y muchas burlas en las escuelas de la zona para los niños que viven en ellas.
Pero lo más grave del caso es que a los cerebros de Tultitlán, Edomex, se les ocurrió también recordar para la posteridad algunas de las frases célebres de AMLO, y así tenemos la calle “Revolución de las conciencias”, la calle “Acúsalos con su mamá” y la calle “Me canso ganzo”. Sí, así con una “z” en el “ganso”, que no va para nada, pero qué podemos esperar de personas que llegaron con 10 por ciento de capacidad y cien por ciento de sumisión.
¿Hasta dónde irán a llegar?