Por Jesús Vázquez pino

Frío e indiferente ante la desgracia en Acapulco , Andrés Manuel nunca se presentó a supervisar la ayuda necesaria mucho menos agradecer a quienes votaron por él.

Muertos, hoteles, playas y destinos turísticos con severos daños: hay graves pérdidas económicas.

Algunos dirán los que lo defienden, los que lo halagan: es que ya no tiene tiempo porqué ya se va y terminó su mandato.

La Presidenta Municipal de Acapulco Avelina López Rodríguez, desesperada pidiendo ayuda y hablando con la verdad puntualizando que el panorama es feo, no alentador grave daño a la economía del turismo, López Obrador los abandonó nuevamente no acudió a verlos no fue solidario.

Aunque el Plan D-NIII fue activado por el Ejército y Marina, eso no implica el dolor que pesa sobre los acapulqueños que esperaban el respaldo de quien se dice que ama a México.

Las cámaras empresariales están desesperadas, porqué nuevamente tendrán que hacerle frente en reparaciones, liquidaciones para quien dejaron de laborar, pero sobre todo volver a levantarse, porqué hay que recordar qué meses atrás, otros fenómenos naturales también causaron daño, la gente no lo olvida y viven tristeza y el temor de lo que está pasando.

López Obrador se va y deja un Acapulco en el abandono, es el principal punto de la economía en el turismo del país el reflejo y la imagen de lo que está pasando.

Lopez Obrador le dejó un gran compromiso a Claudia, tiene que llevar la ayuda inmediata, necesaria en dinero y en apoyos materiales.

Acapulco tiene una imagen de la desgracia, pero sobre todo el sello del abandono de un Presidente que no le interesó el turismo nacional ya se va por fortuna. Es todo