Por un nuevo republicanismo.
Por Inocencio Yáñez Vicencio.
He venido diciendo y lo digo sinceramente. Tanto la derecha como la izquierda están emplazadas a modernizarse. La estrella polar sólo se encontrará con voluntad y rigor. No podemos enfrentar estas tinieblas con las mismas luces de otros tiempos. Partir de ellas es importantes sin tomarlas como anclas. Sólo encontraremos la ruta adecuada si somos capaces de recepcionar las nuevas luces. Hace poco decía que entre el ensayo de Habermas de 1974, titulado La democracia participativa y el que aparece en su libro: La inclusión del otro, hay un desarrollo que no se puede dejar de advertir, pero eso se logra si estamos atentos al debate de estos gigantes y lo confrontanos con otras propuestas y cotejamos con nuestra realidad. Mientras que en la primera insiste en una democracia de sustento social, en la segunda se pronuncia por un acuerdo en un concepto básico de democracia. Nos dice Habermas que entre el modelo liberal y el modelo republicano, sitúa su modelo, su modelo discursivo, porque considera que el modelo liberar ya dio todo y que hay que ir más allá, sin renunciar a su legado universal, y que él ve el modelo de democracia republicana, un tanto utópico.
Desde mi punto de vista, si bien es cierto que el nuevo republicanismo tiene componentes utópicos, éstos son acumulativos y con trabajo podemos dirigirnos en esa dirección y lo podemos constatar tanto con idalmente como con la realidad que idealizamos. El ciudadano republicano, sin el que no hay República, se logra con educación cívica y esta no es una utopía. La libertad como no dominación, es posible en la medidas que sepamos conciliar libertad individual con la igualdad no sólo frente a la ley, sino con un concepto de igualdad social.
La obra destructora de las instituciones republicanas y democráticas, unió tanto a las fuerzas de izquierda como a lad fuerzas de derecha, para defender las reglas que hacen posible, en condiciones de piso parejo, equidad, libertad, respeto e independencia, sacar a los representantes y gobernantes de una competencia electoral, pero es un hecho que sea cual sea el resultado de las elecciones del pasado 2 de junio, se llegó a la jornada de la votación, desde de haber maniobrado para que el órgano electoral lo manejara una morenista, que jamás pudo meter en cintura ni al presidente ni a sus colaboradores, que se cansaron de intervenir en el proceso y ante la denuncia que hizo la oposición de que le destruían su propoganda, la consejera presidenta, se limitó a declarar que era un acto moral, por eso vale decir que estas elecciones se realizaron en Estado de excepción. Pero independientemente de que tengamos que hacer, lo que tengamos que hacer para evitar que se consuma el atraco contra las fuerzas de la oposición, hoy mismo tenemos que empezar a trabajar por un proyecto moderno y progresista , que sea capaz de englobar a todas las fuerzas republicanas y democráticas.
Porfirio Muñoz Ledo, hablaba de Nueva República, pero no pensamos en ella únicamente como algo opuesto a Monarquía. Del modelo que surge con el fin de los Tarquinos, tomamos el rechazo al gobierno personal. Tomamos también el equilibrio de poderes, pero también la construcción de un Estado responsable, como dijera Aristóteles, de la vida de sus miembros, pero no de cualquier vida sino de la vida buena.
La bibliografía básica para abrevar en el Nuevo Republicanismo , es : Maquiavelo: Discursos sobre la primera década de Tito Livio; J. Harrington: La República de Oceana; El Federalista. VV. AA.; Quintín Skinner: Los Fundamentos del Pensamiento Político Moderno; José Luis Martí: La República Deliberativa; J.G.A. Pocock: El momento maquiavélico; Claude Lefort: Maquiavelo, lecturas de lo político; Ph. Pettit: Nuevo Republicanismo. Este es el portador de este estandarte.
Voy a transcribir el resumen del corpus que hacen Antonio González Carrillo y José Luis Colomer Viadel, de esta doctrinas filosófica política:
1.Una reconceptualización de la noción de libertad como no dominación.
2. Una lucha permanente contra todo tipo de tiranía o despotismo.
3. La dignificación de la política como medio natural de autogobierno democrático.
4. El rescate de la idea de virtud ciudadana como motor fundamental del engranaje político de un Estado democrático.
5. Una mayor cultura política y cívica de los ciudadanos.
6. El acceso a la participación política a través de una renovación del diseño institucional de los procesos de toma de decisiones en distintos hábitos.
7. Una visión renovada y más democrática del constitucionalismo moderno.
8. La recuperación del pulso de la democracia para combatir la creciente apatía política.
9. Una mirada crítica sobre el liberalismo antiigualitarista.
10. La condena de situaciones manifiestamente injustas.
11. El diseñó institucional de un Estado netamente republicano.
12. Una renovación en sentido republicano de las instituciones económicas.
Como dijera el realista Sartori: » un saber aplicable transforma el mundo interviniendo rápido, aquí y ahora» citado por G. Pasquino en su libro: Bobbio y Sartori. Página 171.
Para dialogar sobre esta propuesta, antes debemos tener su pertrecho, de otra manera sería una Torre de Babel.
Dicen por ahí que cuando más arrecia la tempestad, más se necesitan los instrumentos de navegación. Claro, como en cualquier guerra, cada quien echa mano de lo que tiene.