BARRA LIBRE.
Alfredo Quezada Hernández.
SE APAGARON «LOS TLATOANIS» CHAIROS – LA ZACATECANA MUESTRA CARÁCTER.
Como lo que son, igual a una estrella fugaz, esos que se sentían vacas sagradas se han sofocado.
De repente se les acabo la fuerza, el calor, el unto y ahora lo que menos buscan son las luminarias.
Ese maléfico trío, dos entenados del López de palacio nacional y el otro, un advenedizo ex priista, de momento se apagaron.
Un par de ellos, cada uno cobijándose en sus respectivos membretes, y el otro presumiendo tener controlados a los diputados locales, cuándo en realidad no se controla ni el mismo, ahora adoptan la postura del avestruz.
Sólo bastó una palabra de la zacatecana para que se aplacaran, no tuvo que hacer mucho esfuerzo la oriunda de Río Grande, para meterlos en cintura y ponerlos quietos.
Así de sencillo
Al hijo de Atanasio se lo engulleron sin mayor esfuerzo, no les supo ni a melón, pero que tal con la zacatecana, ella los vino aplacar en un dos por tres.
Ahora, como la muñeca fea, los tres lloran en los rincones rogando qué las cosas no pasen a mayores, que la furia de la Sra.
Nahle se apague porque de lo contrario la habrán de pasar muy mal, el futuro que vislumbran, al parecer, no es halagador.
Los tres se sentían indispensables, únicos, y los tres presumían de la cercanía y el incondicional respaldo del hijo de Atanasio, quizá en su momento eso fue cierto, tenían todo, fama, poder y dinero, ahora, según sus cercanos, a los tres únicamente les quedó el dinero.
Lo cierto, es que la zacatecana está actuando con mesura, ha mostrado carácter, temple y no se deja espantar.
Mide el terreno, escucha y analiza, de allí que fue todo un acierto alejar de su precampaña a esta tercia de nefastos personajes. Los tres no representan nada ni a nadie, son valemadristas, por lo que sólo ambicionan saciar sus intereses.
Ahora la sacudida también debe alcanzar a otras rémoras que trae pegadas, son políticos chaqueteros, que lo mismo son guidas que rojos, amarillos, azules o verdes. Puro saltimbanqui, auténticos oportunistas.
Le peinada viene fuerte, eso del rasero no es mentira, eso de que varios pueden pasarse un tiempecito en una fría celda no suena descabellado, no debe echarse en saco roto.
Norma Rocío, aun no se sienta y, como debe de ser, ya está poniendo orden.
¡Y no decían que estaba tierna!
Provecho.