BARRA LIBRE.
Alfredo Quezada Hernández.
LOS YUNES ROJOS NO SE PONEN DE ACUERDO.
Aun cuando salga el choleño y presume qué ya platicaron, que ya fumaron la pipa del acuerdo, eso suena más que imposible.
Conociendo la ambición desmedida de poder del primo de Miguel Ángel, pero sobre todo su fuerte inclinación a la traición, no se puede ni se debe confiar en él.
El Yunes de Perote, no puede pecar de confiado, ya que es preciosamente lo que lo ha llevado a la derrota. Esa es la experiencia que ya vivió con esos que él llamaba sus cercanos colaboradores, con esos que el mero día de la jornada electoral, donde perdió la gobernatura, uno se pasó toda la mañana desayunando muy tranquilo en su casa y el otro andaba de compras en una plaza comercial ubicada en el sur de esta ciudad capital acompañado de su menor hijo.
Yunes Zorrilla, ya vivió dos grandes descalabros, sus cercanos fueron pieza fundamental para que mordiera el polvo, ellos, en gran parte, lo llevaron a la lona, gracias a su valemadrismo fueron los artífices de tan penosas derrotas, de las cuales seguramente debió haber aprendido bastante. Ya sería el colmo sino fue así.
La del 2018 fue su peor presentación, en esa jornada electoral el peroteño apenas y logró el 13.96 por ciento del total de los sufragios, digito que ubicó a su partido en el penoso cuarto lugar de preferencia electoral.
Por eso ahora que de nueva cuenta ambiciona el poder y embelesado por el canto de las sirenas, o sirenos, como «El Borras», se avienta al ruedo intentando conquistar el voto de los veracruzanos, un sufragio que seguramente le saldrá muy caro, tanto en lo económico como en lo político, al enfrentarse a una elección de estado, debe ser muy cuidadoso. De igual forma seria muy grave que inicie, ya oficialmente, la campaña en medio de rémoras, de auténticos Judas encubiertos con salea de ovejas cuando en realidad son, al igual que Héctor Yunes Landa, muy proclives a la traición, a la deslealtad. Son los mismos que por unas cuantas monedas lo vendieron y no se dude que lo volverán a vender.
Yunes Zorrilla debe caminar con pies de plomo, de entrada, Yunes Landa no es de fiar y para acabarla de fregar sus más cercanos «colaboradores» no logran calmar sus ansias de novillero y habrán de ser capaces de todo con tal de lograr sus caprichos, de saciar sus ambiciones personales.
De muy poco le habrán de servir esas reuniones con los sectores, con el electorado si su gente no actúa con seriedad, con sentido de responsabilidad.
Que no olvide el peroteño que los veracruzanos ya están hasta la madre de promesas incumplidas, de frases gastadas y discursos estériles. De politiquillos chaqueteros que sólo medran con el nombre y seriedad del aún diputado federal.
Por cierto, ese tal Américo Zúñiga, el mismo que sin mayor mérito el tricolor lo ha encumbrado, ya anda repartiendo abrazos y sonrisas, dicen sus cercanos que el peroteño ya le prometió sentarlo en un cómodo sillón de San Lázaro.
Usted les cree, nosotros tampoco.
Esa es una de las rémoras que se debe sacudir «Huevos Tibios».
Aún está a tiempo.
Provecho