BARRA LIBRE.
Alfredo Quezada Hernández.
SENADORA GLORIA SÁNCHEZ.
Vaya que la parlamentaria poco o nada ha hecho a favor de los veracruzanos en el senado, pero para acabar pronto ni un pío ha dicho, o dijo en su «informe», sobre el asesinato de dos jóvenes encuestadores, xalapeños, por cierto, ocurrido en el estado de Chiapas, según lo dado a conocer, a manos del crimen organizado.
El silencio de la representante popular fue lo realmente admirable, como también fue triste ver que temas de relevancia y lucha social fueron totalmente ignorados por la maestra.
Más bien el evento no fue otra cosa que una verdadera pasarela a favor de la corcholata preferida, allí sí qué estuvo todo bastante bien calculado, porque en informe de beneficios para los veracruzanos nada.
Recordemos que Sánchez Hernández tiene una excelente relación política con el López de palacio nacional, y fue ella quién, precisamente, presentó al hijo de Atanasio con el Tlatoani, por lo que ahora las consecuencias las estamos pagando los más de siete millones de veracruzanos.
En dicho evento de dieron cita destacados comediantes entre ellos el titular de Educación, un tal Zenyazen Escobar García, otro importante arlequín Juan Javier Gómez Cazarín y, lógicamente, el hijo de Atanasio.
La hoy senadora siempre ha militado en la izquierda, en el PRD la recuerdan con mucho cariño.
Su transitar por la política veracruzana la llevó a ser candidata al gobierno del estado, compitiendo en las urnas con el «Hombre Leyenda» Fernando Gutierrez
Barrios, obtenido un poco más de siete mil votos, número que ni cosquillas le hizo el extinto político veracruzano.
Gracias a que siempre sudo la camiseta del Sol Azteca dicho partido le regaló una diputación federal, haciéndola pupila de San Lázaro por la vía plurinominal.
Después se pierde en el ostracismo hasta que MORENA la rescata y cómo un gesto de agradecimiento el López de Macuspana la convierte en senadora, espacio desde donde se ha dedicado a saborear de las mieles que proporciona «el pinche poder».
Gracias a las canonjías parlamentarias su parentela no vive en el error y, al igual que la diputada local, Rosa María Galindo Silva, la mesada qué se llevan es bastante aceptable.
Los recuerdos de congruencia, entre el decir y el hacer, de Sánchez Hernández se han perdido, ahora se ha dedicado en cuerpo y alma a ensalzar al dueño de «La Chingada» así como también se defender al hijo de Atanasio.
De nueva cuenta queda demostrado que el poder marea, aturde y atonta.
Lástima.
Reiteramos, Sánchez Hernández al igual que la chairiza local nada ha dicho, muchas menos hecho, en referencia al cobarde asesinato de los dos jóvenes encuestadores, dos jóvenes que empezaban a vivir y que ofrendaron su vida al partido en el poder y que ahora, ni por casualidad son mencionados mucho menos serán recordados.
Gloria Sánchez es más de lo mismo.
Claro que sí.