DE PRIMERA MANO
Inseguridad e intimidación
Por Omar Zúñiga
Sábado en la noche, de vuelta a casa después de una jornada entretenida, desde una reunión con José Manuel del Río Virgen a mediodía en Coatepec, pasando por el aniversario de un negocio local, hasta terminar en el festejo de cumpleaños de un entrañable amigo. ¡Felicidades maestro!
Al pretender ingresar, la llave en la puerta de entrada no responde, -hay que revisar que las mascotas no hagan el intento por salir-, se activa el portón automático…,nada, no responde.
Algo no anda bien –pienso-, pero confío al mismo tiempo en equivocarme, se pide el apoyo a los elementos policiacos que a decir verdad llegaron muy rápido.
Ingresamos a casa, el estómago da un vuelco, cosas en el piso, por aquí y por allá, de inmediato pienso lo peor e imagino mi casa vacía…
Una primera revisión y las pantallas de televisión están en su lugar, lo mismo que la computadora de escritorio y una laptop, no así la ropa ni documentos personales que para poder describirlos brevemente, hechos un desmadre, mi ropa, toda por el suelo, lo mismo que la documentación, pero en primera revisión, lo relativamente valioso en su lugar.
Fiscalía…, muy agradecido por la atención, pues así como se dice lo malo hay que reconocer lo bueno. ¡Gracias!
Unas cuatro horas después de haber puesto la denuncia correspondiente, de vuelta a casa y en una nueva ojeada, me percató de que se llevaron cosas de valor estimativo incuantificable, pero nada más.
Me repito a mi mismo que algo no cuadra.
El tremendo desmadre causado me obliga de pronto a dar acuse de recibo, sí. Me intimido sí, ciertamente hay temor, hago un recuento de lo realizado (publicado) en último días.
No me atrevo a señalar a nadie, no tengo los elementos suficientes para hacerlo y no voy a caer en la irresponsabilidad ni en el amarillismo de acusar a nadie por el simple hecho de hacerlo, sin embargo sí es necesario señalar que en lo recientemente publicado y para subirnos al tren del mame, “hay señales”; de quienes tienen el poder y los recursos para algo de esta naturaleza, y hasta ahí lo dejo.
Según la ONG Artículo 19, la mayoría de los ataques contra periodistas provienen de los gobiernos locales.
No soy ni pretendo convertirme en un mártir de la libertad de expresión ni nada por el estilo, pero sí me doy por enterado del mensaje y me queda claro que tampoco podemos someternos al imperio del silencio ni de la intimidación, a la autocensura por miedo.
Este es el Veracruz seguro que presume el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, el Veracruz dentro de los 10 estados más seguros del país que pregona un día sí y otro también, ese Veracruz que le da una bofetada de realidad en la cara cada que lo dice y que no es capaz de poner la otra mejilla.
El hecho queda lamentablemente registrado en la estadística oficial de “robo con violencia”, dadas las circunstancias en que se realizó, en agravio del patrimonio de las personas, de mi persona.
Gracias a Israel Hernández, secretario Ejecutivo de la CEAPP, por la atención, seguiremos con el trámite.
Gracias mil también a todas las personas que manifestaron su solidaridad y apoyo.
Y pues nada, le seguimos en la próxima entrega, que hay varias cosas en el tintero.
¡Qué barbaridad!
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