Mesa de Redacción
Brutalidad policial
Enrique Yasser Pompeyo
El abuso y la brutalidad policíaca son una constante no sólo en el estado de Veracruz, sino en todo el territorio nacional.
Lo sucedido el pasado viernes en Coatzacoalcos a Manuel Velasco Coello, aspirante a la Coordinación de los Comités de la Cuarta Transformación por el Partido Verde, al ser encañonado y retenido por elementos de la Policía Estatal por más de media hora -como él mismo narra- es una muestra clara del abuso de las corporaciones policiales.
Además, confirma la constante violación a los derechos humanos de los ciudadanos, como lo han establecido las comisiones nacional y estatal de Derechos Humanos.
De acuerdo con los resultados del Censo Nacional de Seguridad Pública Estatal 2022 que realiza el INEGI, al cierre de 2021, las Unidades de Asuntos Internos u homólogas de las instituciones de seguridad pública estatales recibieron 11 mil 455 quejas ciudadanas, de ellas, 75.1 % correspondió a la policía preventiva.
En el caso del estado de Veracruz que gobierna el morenista Cuitláhuac García Jiménez, en ese año se generaron 813 quejas ciudadanas.
¿Qué está fallando? ¿Qué falta dentro de las instituciones de seguridad?
Las autoridades siempre aseguran que los elementos reciben cursos de capacitación, además de que les aplican exámenes de control y confianza, no obstante, no se refleja en su actuar, en su comportamiento hacia la población que, se supone, deben cuidar y proteger.
Si bien no todos son malos elementos, sí hay una urgente necesidad de mejorar su formación y capacitación, principalmente en materia de derechos humanos.
En ese contexto, también se recuerda lo sucedido el pasado viernes al dirigente estatal panista Federico Salomón Molina, quien fue interceptado por varios elementos policíacos en pleno centro de Xalapa, sin que fundamentaran la detención.
El comportamiento de los elementos de las diferentes corporaciones de seguridad en Veracruz refleja el actuar del Estado en contra la población, así como de los sectores opositores al actual gobierno.
Mientras violan los derechos humanos de los ciudadanos, los verdaderos delincuentes no son tocados y operan en total libertad secuestrando, extorsionando y descuartizando a la gente.