Mesa de Redacción
Gas del Noreste y Boca
Enrique Yasser Pompeyo
En el municipio de Boca del Río hay temor, miedo, incertidumbre. La razón: la posible introducción de ductos por parte de la empresa Gas Natural del Noreste.
El Ayuntamiento asfaltará la avenida Juan Pablo II y la empresa pretende aprovechar para introducir tubos de hasta seis pulgadas que se usarían para distribuir el material peligroso.
En el asunto hay dudas, interrogantes. Las autoridades municipales no les han informado a los vecinos del alcance de dicho proyecto.
Tampoco se sabe si ya cuentan con estudios de factibilidad de suelo o el mapa de riesgo de la zona. Esto, debido a que la avenida Juan Pablo II es de las más transitadas, hay colegios cerca y una alta densidad poblacional.
De manera que los colonos rechazan de manera tajante la instalación de los tubos. Los vecinos de los fraccionamientos Virginia, Nueva Era y Revolución coinciden en no permitir el ingreso de los ductos cerca de sus viviendas y negocios.
Los tubos servirían para surtir combustible, no obstante, de concretarse esto los pondría en riesgo, ya que tienen miedo de que ocurra una tragedia como la sucedida en Johannesburgo, Sudáfrica, donde 41 personas resultaron heridas por una explosión en los conductos de gas subterráneos.
La Unión Cívica Comunitaria Herón Proal realizó un estudio de opinión y arrojó que 83.7 por ciento de los vecinos opina que es riesgosa la colocación de los ductos en la zona.
La empresa pondría en riesgo a vecinos no sólo de la avenida Juan Pablo II, sino una decena de calles más como: Sahagún, Alaminos, Chalchihuecan, Olmedo, Cristóbal de Olid, Almagro, Pinzón, Antón Lizardo, Carabelas, Conquistadores, Bernal Díaz del Castillo, Delfino Valenzuela.
También las calles España, Fernando Siliceo, Diego de Ordaz, Navegantes, Porto Carrero, Alvarado, Vasco de Gama, Américo Vespucio, Zumárraga, Antonio de Mendoza, 20 de Noviembre, Vasco Núñez de Balboa, Francisco Pizarro, Paseo Jardín y Gonzalo Sandoval.
El estudio revela que del total de los habitantes de la zona, 81.3 por ciento ha escuchado hablar del gas natural, el cual contiene gas metano, peligroso para la salud humana.
También entre el temor de la población está el riesgo a la infraestructura actual, ya que 56.7 por ciento considera que podría dañar la infraestructura al agua potable.
Además, 73.9 por ciento de los encuestados teme por las explosiones del gas, tal y como ha ocurrido en otras zonas del país; mientras que 60.1 por ciento teme a las quemaduras de segundo y tercer grado que causa el material.
El 91.6 por ciento de los encuestados denunció que la autoridad municipal –la responsable de dar los permisos– no los ha tomado en cuenta; mucho menos se les ha informado del proyecto, por lo tanto, rechazan tajantemente que se permita a la empresa empezar con estos trabajos.
Las autoridades municipales deberían explicar a la brevedad y a detalle los alcances del proyecto, los aspectos positivos y los posibles riesgos para evitar incertidumbre entre los habitantes, además de evitar que el caso escale y se complique.