Sin tacto
¡Pero claro que es Xóchitl!
Por Sergio González Levet
Para quienes dudan de lo potente que ha surgido Xóchitl Gálvez como la candidata del frente opositor a Morena -que congrega por lo pronto a tres partidos políticos (PAN, PRI, PRD) y un centenar de organizaciones ciudadanas- hay que ver la cara y el humor que traía el presidente Andrés Manuel López Obrador en la mañanera de ayer, en la que se dedicó a jugar el juego que mejor juega y que más le gusta (Serrat): acusar a sus adversarios de las marrullerías que él hace.
Ese martes 27, AMLO habló de orejas y acusó a la oposición de que estaba haciendo “una faramalla” con el sistema selectivo que había propuesto para determinar a su candidata o candidato para la presidencial del año entrante.
Pero fue más lejos, y acusó a uno de sus villanos favoritos, Claudio X. González, de ser quien ordenaría qué persona tendría que ser nombrada como abanderada.
Porque en Morena hay democracia, porque él no puso a las seis corcholatas, porque no va a dirigir su dedo elector sobre quién ganará el proceso interno de Morena, porque él no va a engañar, ni robar, ni traicionar al pueblo bueno y honrado.
El enojo presidencial muestra varios grados: cuando se molesta con algo, simplemente refunfuña; cuando se enoja a secas, manotea; cuando se enfurece visiblemente, insulta y calumnia a sus adversarios… peor cuando se encoleriza sin remedio, entonces se ríe artificial y sonoramente.
Y la mañanera de ayer el Peje se la pasó a puras risas, que eran más rictus que carcajada.
Todo porque Andrés Manuel consiguió lo que tanto había anhelado: fabricar un candidato ideal para la elección de 2024: mujer, de raíces indias, de izquierda, liberal, preparada, carismática, honesta a carta cabal.
El problema es que esa aspirante que construyó ¡está en la oposición!
Se trata de Xóchitl Gálvez Ruiz, senadora ciudadana que llegó con el cobijo del PAN, aunque no es militante de ese partido. Originalmente, la nativa del Valle de Mezquital buscaba ser la abanderada del frente opositor por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, en donde encabeza las encuestas para el 2024.
Todo iba en ese sentido, hasta que un día se le ocurrió a Andrés Manuel meterse con ella en la mañanera del 5 de diciembre de 2022, cuando la acusó de que quería quitar los programas sociales de apoyo a ancianos, jóvenes y niños. El 6 de diciembre, la senadora por la Ciudad de México exigió al Presidente el derecho de réplica en la misma tribuna en que la había calumniado.
Fiel a su línea, AMLO le negó su solicitud a Xóchitl, y ella interpuso una demanda ante la Corte para que le fuera respetado su derecho a defenderse ante esa acusación falsa. Y ganó, de modo que el Presidente quedó obligado legalmente a recibirla en el búnker personal en el que hace sus conferencias de prensa de lunes a viernes.
Pero el soberbio gobernante no pudo ir en contra de su naturaleza y le negó la entrada al Palacio Nacional… y con eso le abrió las puertas a la candidatura presidencial.
Y así Xóchitl terminó por ser la figura que todos los ciudadanos esperaban para votar por ella el primer domingo de junio de 2024, en contra de la gris Claudia Sheinbaum.
Y va a ganar.