DE PRIMERA MANO
Las piedras en la UV
*Se llevan protesta a Europa
*Triunfó el Festival de Arpa
*Trujillo y Colorado, una vergüenza
Por Omar Zúñiga
La semana pasada se llevó a cabo en la capital de Veracruz el Primer Festival Internacional de Arpa, bajo la dirección artística (y coordinación general) de la maestra, arpista principal de la OSX, Eugenia Espinales.
Como lo dijimos en su momento, este festival no tuvo el respaldo oficial esperado y al final resultó en un éxito rotundo, nadie se ha colgado la medalla, pero no tarda en suceder.
En fin, la cosa es que el viernes, el concierto de la Orquesta Sinfónica de Xalapa fue el broche de oro para esta semana de lujo, como el director invitado, Vladimir Sagaydo, uno de los músicos más sobresalientes en México, amplio promotor de la cultura y la música mexicana a nivel internacional. Originalmente violonchelista solista, pianista y compositor, laureado de numerosos concursos internacionales en San Petersburgo, Moscú, Dresde y París.
Licenciado por el Conservatorio Estatal de San Petersburgo y la Universidad Estatal de Moscú y el posgrado en dirección de ópera, ballet y orquesta sinfónica por el Conservatorio Estatal de San Petersburgo.
Colabora con la mayoría de las orquestas nacionales como la Filarmónica de CDMX, la de la UNAM, Sinfónica y de Cámara de Bellas Artes, y varios etcéteras.
Sin embargo, el plato fuerte sin lugar a dudas fue la arpista italiana Claudia Lamanna, ganadora del Concurso Internacional de Arpa Israel 2022, del London Camac Harp Competition 2019, del Premio Claudio Abbado 2015, presentándose en la Salle Colonne en París, Ópera de Oslo, Sala Baldini en Roma, Salón de Arte y Cultura en Bangkok, Teatro Petruzzelli en Bari, en festivales como Classic’Antibes, Congreso Mundial de Arpa y como solista con la Orquesta Nacional de Cannes, la Sinfónica de Jerusalén, la Sinfónica Metropolitana de Bari.
Para tener una mejor idea del lujo que tuvimos en Xalapa el viernes pasado, Lamanna salió a la mañana siguiente hacia Eslovaquia, donde se presentará el jueves 24 de mayo, presentando exactamente el mismo programa que tocó en Tlaqná: el Concierto para Arpa de Glière.
Que seguramente a usted como a mí, de entrada no nos dice nada, pero le invito a que lo escuche. Una delicia a los sentidos.
Pues bueno, en este contexto de invitados de lujo, una de ellas con salida directa a Europa, los músicos de la OSX colgaron una manta de regular tamaño, sin problema para leer desde cualquier rincón de la sala de conciertos, que decía a la letra “EXIGIMOS RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS LABORALES POR POARTE DE LA DIRECCIÓN DE DIFUSIÓN CULTURAL”.
El titular de esta Dirección es un tal Alfonso Colorado, que ha sido constantemente señalado por diversas irregularidades, violaciones a derechos laborales sobre todo, y especialmente a los músicos, entre ellos un par de “vacas sagradas” de la élite artística veracruzana, lo sé De Primera Mano.
Recordamos la marcha de protesta de varios artistas contra este muchacho Colorado, hará cosa de un par de meses.
La protesta pasiva del viernes pasado en Tlaqná, se suma al total y absoluto valemadrismo en que incurrió Difusión Cultural y su director Alfonso Colorado con el Festival de Arpa, donde su mayor participación fue ¡hacer nada!
Así es, el valemadrismo en su máxima expresión con un Festival que estuvo a la altura de cualquier lugar del mundo, en la que además de no hacer nada, estuvo metiendo el pie una y otra vez.
Por si fuera poco, Difusión Cultural no fue la única omisa, también Comunicación Universitaria tuvo su aportación, siempre buscando que las cosas salieran mal.
Nunca hubo el apoyo para que al menos hicieran su chamba de darle difusión, terrible chamba de la cuestionadísima titular de esta área Norma Trujillo.
Muy mal el actuar de estos dos directores, que sin lugar a dudas son el reflejo de lo que pasa en la Rectoría de Martín Aguilar. La UV merece algo mejor.
Y a pesar de piedras como las Normas Trujillo y los Alfonsos Colorado, el Primer Festival Internacional de Arpa resultó en un éxito rotundo y seguramente lo será en mayo de 2024.
Felicidades Eugenia Espinales, por las ganas, el empuje y la terquedad de llevar a buen puerto esta iniciativa propia.
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Se acaba al espacio, pero la otra vergüenza, llamada Cuitláhuac, la abordaremos en próxima entrega.
¡Qué barbaridad!
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