Sin tacto
Damián Alcázar, ¿fuera?
Por Sergio González Levet
Según la consideración de ciertos allegados al primer círculo del presidente Andrés Manuel López Obrador, el actor Damián Alcázar cometió un yerro mortal de necesidad, el peor pecado en que puede caer un morenista puro, un cuatroteísta convencido, un fanático de AMLO: provocó la molestia del Patriarca.
El actor originario de Jiquilpan, Michoacán, participó en la película ¡Que viva México! de Luis Estrada, lo que parecía la cosa más lógica del mundo porque tuvo destacados protagonismos en tres famosas películas del cineasta: La Ley de Herodes (1999), El Infierno (2010) y La dictadura perfecta (2014)
Sin embargo, de acuerdo con un código de lealtad no escrito pero muy exigido a los seguidores del líder tabasqueño, Alcázar no supo acatar la indicación de no tocar la imagen del Mesías morenista ni con el pétalo de una rosa, e interpretó no uno ni dos, sino tres papeles diferentes en la obra más reciente de Estrada.
¡Y resulta que la película no le gustó al señor!
En su mañanera del 29 de marzo, López Obrador dio su veredicto sobre el filme, en el que su Gobierno es criticado:
«Es una película de cineastas buena ondita, progres buena ondita, pero es para consumo de los conservadores». Y lanzó su condena urbis et orbi:
“¡Que Viva México! es un churro en contra nuestra”.
El anatema para sus fieles seguidores fue el siguiente:
“Es para consumo de los conservadores y les va a ir bien. Tengo problemas con ese director porque de esas películas que vi -no soy muy aficionado al cine, pero lo lamento porque es arte, buen gusto, porque en la realidad en la que vivo no me hace falta más drama-, pero una de las últimas películas (de él) que vi fue El Infierno y me pareció clasista y racista”.
Damián Alcázar, que estudió y fue profesor en la Facultad de Teatro de la UV, pensó en un momento que había logrado librar el difícil obstáculo y que mantenía la buena voluntad de AMLO, por la declaración que éste hizo sobre su participación:
“Ya he visto comentarios. Damián es el actor más consecuente que conozco y lo respeto muchísimo, es algo excepcional, pero el director y todos los demás son así, progres buena ondita, nunca han estado realmente”.
“Damián está muy equivocado,” aseguran ciertos cercanos. “El señor está sentido con él y piensa que nunca debió haber aceptado estar en esa película en que lo tratan tan mal. Pronto veremos cómo la amistad de que gozaba se va a ir enfriando y no es lejano que hasta sea expulsado del paraíso.”
Quién sabe, pero en una de ésas llegaremos a ver a Damián Alcázar como un nuevo crítico de la Cuarta Transformación y de su hasta ahora adorado líder.
Ya ha habido otros ejemplos antes, y cada día hay más que se están yendo al ostracismo… hasta que el Patriarca se quede solo.