Al rescate de la República.

OPINION

Por Inocencio Yáñez Vicencio.
Necesitamos clarificar por qué vías- y hasta qué límite, si se acepta que hay uno- los medios masivos logran imponer autorreferencialmente su propia «realidad» como la única abierta a los receptores de sus mensajes y, por tanto, hacer de una imagen selectiva y distorsionada de la » realidad» la única realidad social verdadera, inimpugnable por ninguna alternativa, como no sea el silencio, la inercia o la locura ( Danilo Zolo. Democracia y complejidad. Pag. 198 ). Este es un reto que tenemos que encarar si no queremos seguir, además, en nuestra condena babeliana.
Las mañaneras no únicamente monopolizan la audiencia, también nos presentan una realidad que es necesario desmontar para entender de que nos hablan. Este no es un asunto que sólo incumbe a la comunidad científica. Descifrar los códigos comunicacionales de las élites es el principio de dónde tenemos que partir todos los que no queremos ser sus marionetas.
Todos los días leemos y escuchamos que Morena y Amlo, ceden más territorio al narco. Que la 4T destruye el Estado, pero¿ que entendemos por Estado? ¿ De qué hablamos, cuando hablamos de Estado?¿ Todos entendemos lo mismo por Estado?
El problema es Aristóteles lo deriva de la familia. Platón habla de quienes lo conciben como resultado de la fuerza. Para Hobbes surge de un pacto que incluye el pacto de union y el pacto de sujeción. Para Rousseau el Estado es producto también de un contrato pero parte de la bondad del hombre. Para Kant el Estado nace para realizar el derecho. Hegel es el autor del Estado total. La triada familia, sociedad civil, como hogar de las realaciones económicas y finalmente el Estado, expresión del espíritu absoluto. Para León Duguit, hay estado donde hay gobernantes y gobernados. Kelsen lo disuelve en el derecho. Heller lo concibe como una unidad de acción y decisión soberana. Weber, rechazando definirlo por algún fin, porque sostiene que puede reslizar todos los fines ( pudo haberle atribuido el Bien Común, que para muchos es equiparable al orden jurídico), lo define por monopolizar el poder, con lo cual empata con Hobbes, y asi llegamos a la definición que los manuales acríticos de nuestras facultades de derecho que lo conciben en base a sus tres elementos ( territorio, población y poder o gobierno, aunque no sean lo mismo ), que al hacerse de manera superpuesta lo vacían. Se suele citar a los anarquistas y marxistas como negadores del Estado. Los primeros proponen su disolución y los segundos su extinción, pero no son los únicos que ven con recelo al Estado, también dentro del liberalismo existen los que sostiene que el mejor gobierno es el que no existe o gobierna menos. En Camino de Servidumbre F. Hayek, recoge la tradición antiestatal.
Esta diversidad de visiones nos permiten ver que un concepto no surge en la mente, es una relación o un conjunto de relaciones que se expresan o recogen en un concepto. El Estado como organización del poder politico, refleja la correlacion de fuerzas. Su orientación no depende de cuestiones morales o estéticas sino de la capacidad de una clase o una fracción de clase para establecer su hegemonía. Poulantzas ha dicho que el Estado burgués puede tener autonomía redpecto a los grupos de capitalistas concretos y en particular, pero no respecto de la masa de capitalistas. Si bien es cierto que la tesis de que el Estado capitalista no es otra cosa que el instrumento de los dueños de los medios de producción para someter a los que carecen de ellos, es muy cuestionable, no menos cierto que el actual Estado es un Estado que fáctica e ideológicamente nació y vive para proteger un catálogo de derechos individuales, que tienen , desde Locke, a la propiedad privada sobre los medios de producción com centro.
Los mexicanos nunca hemos aceptado como destino una organización estatal que sólo sea guardián del gran capital. La Constitución de 1917 es ley suprema pero también es un programa, que hoy ha interrumpido su vigencia, por la claudicación de tecnocracias de distintos colores, pero que el arribo de Amlo y Morena, bajo la promesa de enmendar esos remiendos, nos está colocando a bordo del precipicio por poner el poder ya no al servicio de una clase poderosa sino de la delincuencia organizada, con tal de perpetuarse en la presidencia de la República, para seguir robando a la nación y que nadie les vaya a pedir cuentas.
La única forma de frenar la destrucción del Estado y el saqueo de la nación es fortaleciendo la Coalición Va por México y denunciar la verborrea de los esquiroles de Amlo, que tienen su encomienfa de simular diferencias con Morena, para tener una oposición a modo y seguir viviendo del engaño.
El camino para rescatar la República es desenmascarar la estafa en que consiste Morena y Amlo y despejar el camino de engañabobos y trasvestistas.

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