Sin tacto
Por favor, Damián Alcázar
Por Sergio González Levet
Damián Alcázar es un reconocido actor mexicano, que ha desarrollado una impresionante carrera en teatro y cine.
Es el protagonista de una película ya considerada como clásica en la filmografía nacional: La ley de Herodes, y además es el artista que ha recibido más premios Ariel (el Óscar mexicano).
Damián es un actor de carrera y se formó profesionalmente en el INBA y en la Facultad de Teatro de la Universidad Veracruzana, donde además fue docente. Por esa razón vivió varios años en Xalapa, e incluso procreó un hijo con la maestra Bertha González de la Parra -quien fue su pareja por un buen tiempo- y al que visita regularmente, como el padre responsable y cariñoso que es.
En lo político, el maestro Alcázar es uno de los seguidores más efusivos y fieles al proyecto de Andrés Manuel López Obrador, y ha sido representante popular por Morena en el Congreso de la Ciudad de México.
Esas características, su condición de actor laureado, su formación académica, su experiencia como docente y su cercanía a la Cuatroté, podrían y/o deberían ser aprovechadas por el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, a quien le urgen unas clases de dicción, de presencia ante las cámaras y micrófonos, y de manejo de imagen.
Es evidente lo anterior nada más con ver el video que recientemente le subieron al mandatario en su flamante TikTok, con el cual pretende promover el Festival de Salsa de Boca del Río.
En los pocos segundos que dura la grabación, el actual Gobernador se muestra errático al pronunciar el mensaje, que es además incoherente. El personaje se nota vestido de manera inadecuada para su investidura, y le falta presencia. El manejo de sus brazos y manos cae en la ridiculez, y encima finta un bailecito que lo hace ver poco serio.
Digo, el señor tiene la investidura más importante del Estado de Veracruz, y no hace honor a ella.
Por eso don Damián Alcázar podría colaborar y enseñarle a silabear, a mantener la compostura, a parecer inteligente, atildado.
Sé que es tarea difícil, casi imposible, pero Damián puede intentarla desde el alcázar de su talento y su preparación actoral, de su conocimiento del manejo de una imagen pública y desde el profundo amor que muestra por el proyecto de Andrés Manuel, que Cuitláhuac deja tan mal parado cada vez que aparece en público.
¿O no?