Enrique Yasser Pompeyo

Mesa de Redacción

 

Los hechos delincuenciales han rebasado a las autoridades del Gobierno de Veracruz, aun cuando lo nieguen una y otra vez.

A pesar de lo que se diga y pretenda justificar con las cifras oficiales, se ha registrado un sinfín de actos violentos, crímenes, feminicidios y una larga lista de delitos.

Este miércoles se informó de manera extraoficial que los cuatro varones que habían desaparecido en la comunidad de Tuzamapan, municipio de Coatepec, fueron hallados asesinados en la carretera Jalcomulco-Apazapan.

Otro caso reciente es el “levantón” del director de la Policía Vial del municipio de Veracruz, Juan Alan Cuetero Meza.

A esto se suma la desaparición de la joven Viridiana Moreno Vásquez, cuyo caso ha generado dudas y sospechas.

Tampoco debe olvidarse el homicidio de quien fuera director del DIF municipal de Acayucan, Clemente Nagasaki Condado Escamilla.

Las autoridades estatales se resisten a admitir y a reconocer que han fallado y fracasado en materia de seguridad.

Su gastado discurso de echarle la culpa al pasado ya resulta una burla y una ofensa para los veracruzanos.

La actual administración estatal concluirá en 30 meses y los hechos delincuenciales nunca los pudieron frenar.

Los funcionarios prefieren mantenerse encerrados en su burbuja y evitan a toda costa dar la cara a los ciudadanos, así como a las familias de desaparecidos.

Mientras continúan los asesinatos, los levantones, la violencia de género y los feminicidios, las autoridades del gobierno estatal evaden asumir su responsabilidad.

Veracruz se ha convertido en un estado inseguro y los funcionarios sólo muestran indolencia, insensibilidad y falta de empatía. Sus preocupaciones están en otro lado.

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