Iglesia Católica exige al Estado proteger la vida humana, no convertirse en su principal destructor

XALAPA
  • Le preocupa que se quiera imponer la cultura de la muerte a través del aborto, con ello se genera más víctima y desprecio de la vida humana.

    Irineo Pérez Melo.- Con la convicción de que el Estado debe proteger la vida humana y no convertirse en su principal destructor, la Iglesia Católica reiteró su postura de defender toda vida humana, no solo a los no nacidos, “creemos que toda persona debe tener condiciones y oportunidades para que su vida se desarrolle teniendo en cuenta su dignidad humana”.

    Lo anterior se desprende del comunicado dominical emitido por la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa, en donde se refiere a la Marcha Nacional Por la Mujer y Por la Vida, efectuada el pasado 3 de octubre y en la que participaron más de un millón de mexicanos en un ambiente de respeto, orden y civilidad, en más de 70 ciudades del país.

    A través de esa movilización, se indica en el comunicado signado por el presbítero José Manuel Suazo Reyes, se expresó el aprecio, cercanía y admiración a la mujer y al hijo o hija que se gesta dentro de ella.

    “En el caso de la discusión sobre el aborto, nos interesa salvar las 2 vidas, a la mujer y a su hijo, por eso creemos que se debe ser más creativo y el Estado debe emplear todos los recursos que tiene a su alcance para ofrecer alternativas de vida a la mujer embarazada en una situación vulnerable”, se agrega.

    En ese tenor, se señala que es preocupante que se quiera imponer la cultura de la muerte a través del aborto, generando con ello más víctimas y desprecio de la vida humana.

    “No nos interesa criminalizar a ninguna persona, pero tampoco despreciar la vida de una persona como pueden ser los niños que se están desarrollando en el vientre materno. Toda vida humana, desde la concepción hasta su desenlace natural, es una vida digna”, se agrega.

    En dicha marse se hizo un manifiesto a favor de la mujer y de la vida donde se declaró que: Es falsa la disyuntiva de elegir entre la mujer o la vida del hijo en gestación. No hay un “o” sino un “y”; las mujeres no quieren ni necesitan el aborto; Se propuso que se acoja a la mujer, se proteja al hijo en gestación y se dé libertad de conciencia a los médicos.

    Además, siempre se debe elegir la vida, nunca la muerte; estar a favor de la vida es proteger cada vida humana desde su concepción hasta su muerte natural y realizar un acuerdo nacional A Favor de la Mujer y de la Vida.

    A través de esta marcha se dieron los primeros pasos para buscar un gran acuerdo nacional que atienda las soluciones reales de las necesidades de la mujer, así como el respeto a la integridad del derecho a la vida del hijo o hija en gestación. 

    Se planteó la necesidad de buscar soluciones creativas a los diversos problemas que enfrenta una mujer, sobre todo las que son víctimas de violencia, explotación, discriminación o mujeres embarazadas en situación vulnerable.

De igual manera se exigió que el estado proteja la vida de todo ser humano desde la concepción hasta su muerte natural. El aborto no soluciona los verdaderos problemas de la mujer, sólo los agrava. Los ciudadanos queremos vivir en paz y que se respete toda vida humana, se dijo por último.

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