Sin tacto
Julen, el traspiés
Por Sergio González Levet
Julen Rementería es una persona inteligente, de pensamiento claro y es un polemista de cuidado.
Tanto en la Cámara local como en la de senadores ha hecho un papel digno.
Carece, sin embargo, de una formación teórica en el ámbito del pensamiento político.
No han pasado sus ojos por unas líneas de Nicolás Maquiavelo, de Antonio Gramsci, de Giovanni Sartori, de Norberto Bobbio, por mencionar a pensadores italianos; menos aún, de Voltaire, de Renato Descartes, de Michel Foucault, si hablamos de franceses.
Vaya, lo suyo no es la teoría, sino la praxis, o mejor aún, la pragmática.
Por eso el senador veracruzano no está muy al día en la cuestión de las corrientes ideológicas y menos puede advertir la línea de separación que existe entre las posturas más o menos decentes y los extremismos radicales.
Tal vez si el catalán se hubiera dado una asomada a los libros habría sabido que Vox es un grupo de muy extrema derecha, ubicado en el fascismo condenable, más allá del bien e instalado en el mal.
Cualquier político enterado se hubiera dado cuenta de que era un traspiés histórico relacionarse públicamente con esos fachos españoles.
Pero Julen no supo o no le dijeron sus asesores -si los tiene-, y así cometió el más grande error de su carrera política.
Es uno tan grande, que atrás de él se fueron volando sus aspiraciones de ser candidato del PAN (o de la coalición con el PRI y el PRD) para la gubernatura de Veracruz en 2024.
¿Quién querría llevar de abanderado a un político señalado por sus conexiones con un grupo extremista como Vox?
Y eso va a pasar porque Julen no podrá quitarse de encima esa percepción en el imaginario colectivo después de que convocó a los senadores del PAN, que él coordina, a que firmaran un manifiesto de Vox en contra de «la conjura comunista internacional».
Ja ja ja, es de risa. Que alguien le explique a Julen Rementería, por misericordia, que Carlos Marx está muerto y enterrado.
Pero como no lo supo el senador Rementería, se metió al hoyo y no encuentra ni encontrará la forma de salir de su enorme desliz.
Lástima, porque Julen ha sido un buen representante de la oposición, ahora que tanta falta hacen.
El único contento con este asunto es Andrés Manuel López Obrador, a quien JM le hizo el caldo gordo, pues pareció darle la razón a las denuncias presidenciales en contra de la forma de actuar de los conservadores.
Unas lecturitas, Julen, que nunca sobran…