Livia Díaz

Xalapa.- Lleno de hormigueros, mosquitos y moscas productoras de miel, se encuentra la gloriera en donde el Monumento al ex presidente Miguel Alemán Valdés, da inicio (o fin) a la avenida del mismo nombre, en esta ciudad.
La cara del presidente no mira hacia la ciudad, sino a la Estación de Ferrocarriles Nacionales, en honor a la reconstrucción de los mismos, que hiciera en su gestión de 1946 a 1952.

La rotonda que lo rodea es una área verde ubicada entre bosques que amortiguan el ruido de los pasos de los trenes y a los que el Ayuntamiento de Xalapa les da mantenimiento contínuo, no así éste, por el que ya no se puede caminar, por la plaga de hormiga gigante y mosquitos que llenan los arbustos de los andadores.

La zona que carece de un sentido de conservación o preservación del ambiente, tampoco ha tenido uno artístico que permita darle un mejor rostro al trabajo realizado en torno a la efigie del mandatario que industrializó México, y por lo que se plasmó en sus murales la triada Justicia, Educación, Ciencia.

Las planchas permanecen sucias, con grafitis y tampoco se conoce en los últimos años honor alguno en sus aniversarios.

Fotos Livia Díaz.- Así se ve el monumento de la avenida Miguel Alemán hacia La Estación, sobre la avenida Ferrocarril Interoceánico..