José Sarmiento, Martínez de la Torre, Ver.- Consternación, tristeza, rabia, impotencia y toda clases de sentimientos embargan a la sociedad martinense en general, ante la lamentable noticia del suicidio de un menor de 12 años de edad.

Se trata de un hecho poco común; por la mañaña de ayer jueves 12 de marzo, se reportaron dos suicidios, fueron dos personas mayores, eso fue noticia pero no relevante; sin embargo casi a las ocho de la noche se presentó la fatal noticia en la colonia Ejidal, un alumno de sexto grado de la escuela Benito Juárez, se colgó y acabó con su existencia.
De acuerdo al sicólogo Jesús Daniel Cruz Nava son diversos factores que llegan a influir en la débil y confusa mentalidad de un menor de apenas 12 años de edad, quien no alcanza a discernir los diversos problemas que suceden a su alrededor.
La falta de recursos económicos son factores principales de problemas en familia, el detonador para una discusión entre pareja, que la mayoría de la veces se torna violenta y se desarrolla ante la presencia de los menores hijos.

Cuando un niño escucha que sus padres pelean, porque no hay recursos para comprarle el uniforme, para pagar la colegiatura, para el pago de las mensualidades o para la comida, el menor en su confusa mente piensa que él es el problema de todo.

La separación de los padres se da sin pensar en un momento sobre los derechos de sus hijos, de que los niños tienen el derecho fundamental de gozar de un hogar, conformado por mamá y papá, pero además de disfrutar del tiempo compartido de sus padres, no sólo de mamá o de papá por separado.

Si cuando viven juntos, no le brindan atención de calidad a su hijos, mucho menos cuando viene la separación y eso complica más la situación de un adolescente que en esa etapa de su vida requiere de cariño, atención y de convivencia familiar de calidad.

Los padres son la base principal de la formación, de arraigar entre sus hijos los valores y principios para que sean hombres o mujeres de bien.
Por encima de las diferencias de los padres debe prevalecer el derecho de los hijos de disfrutar de un hogar en armonía y del tiempo compartido con papá y mamá, dijo el sicólogo Jesús Daniel Cruz Nava.